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"Democracia para Siempre": La UCR se quiebra ante la influencia mileísta y las tensiones internas
La presentación formal del bloque "Democracia para Siempre" por parte de 12 diputados disidentes de la Unión Cívica Radical (UCR) marca un nuevo capítulo en la crisis de identidad del partido. Este cisma no solo revela tensiones ideológicas en el seno del radicalismo, sino que también exhibe una clara reacción contra aquellos que, al apoyar a Javier Milei, priorizan una agenda de ajustes que va en detrimento de sectores tradicionalmente defendidos por el partido, como la educación pública y los derechos de los jubilados.
La raíz de la separación se encuentra en la negativa del bloque radical mayoritario de expulsar a cinco diputados que, al alinearse con Milei, sostuvieron los vetos presidenciales a leyes fundamentales como la Reforma Previsional y el Financiamiento Universitario. Estos movimientos son vistos como un intento de socavar al Estado en áreas claves y han generado una grieta irreconciliable entre los legisladores afines al kirchnerismo, como Martín Lousteau y Facundo Manes, y aquellos con posturas más libertarias. De hecho, los diputados disidentes ya no se sienten representados por la conducción de Rodrigo de Loredo, quien seguirá liderando a la facción restante de 21 miembros.
El bloque "Democracia para Siempre", liderado por figuras como Pablo Juliano, intenta proyectarse como una opción renovada, abogando por el federalismo y los derechos de los sectores populares. Sin embargo, en su discurso de fundación, los nuevos miembros evitan cualquier mención directa al radicalismo, dando indicios de un potencial espacio inclusivo que podría albergar en el futuro a legisladores de otras vertientes ideológicas.
En su declaración, este grupo critica duramente el apoyo de sus excompañeros a una agenda económica que, según ellos, favorece únicamente a las élites y afecta a los sectores vulnerables. En palabras de los propios diputados, su compromiso "inquebrantable" con la educación pública y el desarrollo del país busca rescatar la esencia de un proyecto político que contrasta radicalmente con las reformas impulsadas desde la administración Milei.
Mientras algunos exradicales muestran abiertamente su apoyo a Milei en redes sociales, otros buscan distanciarse del ala libertaria, evidenciando una lucha por el sentido del partido. Los diputados de "Democracia para Siempre" buscan afirmar que el radicalismo tiene una misión más allá de los vaivenes de las alianzas coyunturales, con un compromiso hacia los sectores populares que se refleja en sus propuestas.
Este cisma podría tener profundas implicancias para el futuro del partido. El radicalismo se encuentra ante la encrucijada de redefinir su identidad en una época marcada por la polarización política y los desafíos económicos.