Política
El frasco que complica a Fernando Espinoza
¿Qué pasó con el frasco clave en la causa contra Fernando Espinoza? Después de cuatro años, la evidencia que podría cambiar todo apareció... pero no como se esperaba.
El caso de Melody Jacqueline Rakauskas contra el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, sumó un capítulo polémico. El frasco que supuestamente contenía vello púbico de Espinoza, recogido tras el abuso sexual denunciado en 2021, volvió a escena. Sin embargo, hoy ese frasco ya no tiene validez judicial.
¿Por qué? Según explicó Rakauskas, el frasco fue entregado a la fiscalía N°8 pero nunca se rotuló correctamente. “Me lo cerraron con cinta adhesiva, sin testigos, sin garantías. Así no sirve como prueba”, aseguró. De hecho, la joven relató que, tras el ataque, recogió personalmente varios pelos que quedaron en su cama. “Eran gruesos, negros, rulosos. Yo tenía sábanas blancas, se veían perfecto. Me dio tanto asco que los saqué con una pincita”, recordó.
A pesar de la gravedad del caso, la fiscal Mónica Cuñarro nunca ordenó peritar esa prueba. La instrucción terminó sin que el frasco se abriera ni se analizara el ADN. Recién ahora, en abril de 2025, y con el juicio trabado en la Cámara Séptima de Casación, el frasco apareció. Pero ya es tarde.
El documento judicial que certifica su existencia está fechado el 16 de abril de 2025. Describe un frasco dentro de una bolsa plástica, precintada con el número “CIJ Policía Judicial 008189”. El problema es que el frasco no tiene rótulo correcto, ni firmas claras, ni testigos de la cadena de custodia. Fue firmado por el juez Fernando Caunedo y la secretaria María Florencia Agostinelli. Pero según la denunciante, la bolsa ahora no se ve igual a como estaba originalmente.
¿Por qué ocultaron esa prueba todo este tiempo? ¿Por qué la presentan justo ahora? La causa, identificada como CCC 24074/2021, sigue paralizada desde marzo en la Cámara de Casación, donde la defensa de Espinoza presentó un recurso de queja que duerme sin resolución. Mientras tanto, Espinoza, dos veces procesado y con juicio elevado, sigue libre. Incluso pagó una fianza millonaria para poder salir del país, dinero cuyo origen nunca fue aclarado.
La situación genera bronca e incertidumbre entre quienes siguen el caso. Porque más allá de las pruebas, el retraso y la falta de respuestas ponen en jaque el derecho de Melody Jacqueline Rakauskas a obtener justicia en tiempo razonable.
Así, el famoso frasco que podría haber sido clave hoy es apenas un símbolo de todo lo que no debería pasar en un proceso judicial.