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Los intendentes se ajustan el cinturón para afrontar el salvajismo mileiano

El ajuste fiscal impulsado por el Gobierno Nacional, liderado por Javier Milei, golpea directamente a los intendentes, quienes se ven obligados a tomar medidas drásticas para equilibrar sus presupuestos. Como funcionarios con el contacto más cercano a los votantes, los intendentes enfrentan un escenario de ajuste donde las opciones son limitadas.

En algunos municipios, como Pellegrini, la respuesta ha sido la actualización de tarifas en servicios esenciales, como el hospital municipal. Aprobada por el Concejo Deliberante, esta medida genera controversia al establecer tarifas para quienes puedan pagar, mientras se mantiene la atención gratuita para aquellos con "necesidades básicas insatisfechas".

La reducción de la jornada laboral de los empleados municipales es otra estrategia adoptada. Mar Chiquita y General Villegas han implementado jornadas de 30 y 40 horas semanales para evitar aumentos salariales. Aunque esta medida ha enfrentado resistencia judicial en algunos casos, la reducción de la jornada se presenta como una solución para controlar los gastos.

En Villarino, se ha generado tensión entre la administración y los gremios al establecer una feria administrativa de un mes, reduciendo la atención al público. El intendente argumenta la medida como parte de una emergencia económica, mientras que los sindicatos denuncian que los trabajadores son "forzados a tomar licencias".

El área de cultura también se ve afectada, siendo una de las primeras en sufrir recortes presupuestarios. La suspensión del carnaval en la Municipalidad de Ensenada es un ejemplo, donde se busca redirigir recursos hacia servicios esenciales. Este ajuste fiscal local refleja las dificultades que enfrentan los intendentes para equilibrar las cuentas en un contexto de restricciones presupuestarias.