Política

¿Qué está pasando con el real brasileño? La economía de Brasil en crisis

El real brasileño atraviesa uno de sus peores momentos en años. A medida que el año llega a su fin, esta moneda se perfila como la más devaluada entre las principales economías emergentes. Con el Banco Central de Brasil tomando medidas drásticas, la situación financiera de Brasil sigue siendo un tema de preocupación.

En un intento por frenar el dólar y estabilizar la economía, el Banco Central de Brasil ha inyectado cerca de USD 13.000 millones en el mercado. Pero a pesar de estos esfuerzos, la situación parece escapar de su control. El martes, el dólar superó los 6,20 reales, una cifra sin precedentes, lo que marca un nuevo récord negativo para el país.

El volumen de dólares vendidos ese día fue el mayor desde 2020, cuando el Banco Central vendió más de 3.400 millones de dólares. Sin embargo, las medidas no fueron suficientes para detener la caída del real brasileño. La presión sobre la economía se hace sentir, con un incremento de la inflación y un mercado que sigue buscando soluciones efectivas.

El Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central de Brasil alertó sobre los riesgos de la depreciación del real brasileño. El organismo destacó que la inflación, impulsada por los altos costos de los servicios, y la desconfianza en las expectativas económicas, siguen complicando la situación. Además, la combinación de un tipo de cambio débil y tasas de interés más altas está generando un entorno económico difícil de manejar.

Mientras tanto, el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva enfrenta más desafíos. Recientemente, el ministro de Economía, Fernando Haddad, presentó un paquete fiscal que incluye el aumento de la tasa de IVA, convirtiendo a Brasil en el país con el impuesto más alto del mundo. Esto, junto con un incremento en los impuestos a los más ricos, ha generado incertidumbre entre los mercados.

El panorama se complica aún más con los problemas de salud del propio presidente Lula da Silva. A sus 79 años, el mandatario brasileño tuvo que someterse a una cirugía después de sufrir un accidente doméstico. Este hecho añade una capa de incertidumbre política, mientras el gobierno intenta controlar la situación económica del país.

A nivel económico, el Banco Central de Brasil decidió duplicar el ritmo de ajuste monetario. La tasa de interés de referencia, la Selic, subió al 12,25% y se espera que continúe aumentando hasta llegar al 16,5% en 2025. Esto tiene como objetivo frenar la inflación, pero también incrementa la carga sobre los ciudadanos y las empresas brasileñas.

En medio de todo esto, Lula da Silva se ha mostrado crítico de la política monetaria del Banco Central de Brasil. Para el presidente, esta política está ahogando la economía y no permite un crecimiento sostenido. En 2025, se espera que el Banco Central de Brasil cambie de presidente, con Gabriel Galípolo, una persona cercana a Lula, como su sucesor.

Con un futuro incierto, Brasil enfrenta grandes desafíos para estabilizar su economía y recuperar la confianza en su real brasileño. El impacto de la inflación y la devaluación de la moneda seguirá siendo un tema clave en los próximos meses, mientras el país navega entre políticas fiscales y monetarias contradictorias