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Debate presidencial: encuestas dicen que Massa le ganó a un Milei opaco y desorientado
En una noche que quedará marcada en la historia, el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la UBA fue testigo del último enfrentamiento entre los candidatos presidenciales, Sergio Massa y Javier Milei, de cara al balotaje. Más que un simple debate, el escenario se convirtió en el campo de batalla de estrategias políticas, emociones desbordantes y definiciones trascendentales que prometen influir en la última semana de campaña.
El primer bloque, organizado por la Cámara Nacional Electoral, comenzó con calma pero rápidamente adquirió una intensidad vertiginosa. Los candidatos, representando a Unión por la Patria y La Libertad Avanza, protagonizaron momentos de alta tensión, intercambiando golpes verbales en una suerte de combate boxístico. En este primer round, Massa se llevó la victoria en las tarjetas de los jueces por imponer el ritmo y abordar con eficacia temas cruciales.
Siguiendo la metáfora pugilística, Massa ganó puntos clave al arrinconar a Milei con preguntas directas y evitar que saliera ileso en temas espinosos como la inflación y la pobreza. A pesar de ello, Milei contraatacó con acusaciones de mentira, utilizando la ofensiva como su mejor defensa, y lanzando latiguillos como "dejá de mentir" y "mentiroso" que resonaron durante toda la noche.
El primer bloque, que incluyó temas como Economía, Relaciones con el Mundo, y Educación y Salud, fue el más virulento, llevando a los equipos de campaña a ajustar estrategias en el intermedio. El segundo bloque, aunque tuvo momentos de tensión, evidenció una decisión mutua de disminuir el riesgo y adoptar tácticas más estratégicas.
El público, más activo que en debates anteriores, se convirtió en un termómetro para los candidatos, reflejando la polarización entre seguidores de Milei y Massa. Las murmuraciones y cánticos evidenciaron la división entre dos grupos antagónicos, creando un ambiente de confrontación palpable en la Facultad de Derecho.
Uno de los momentos culminantes fue la acusación de Milei contra Massa de integrar un gobierno "corrupto" y "ladrón". El rápido contraataque de Massa, desafiando a Milei a presentar pruebas o retractarse, llevó el cruce a un nivel de intensidad que culminó con la discusión sobre la necesidad de "equilibrio mental" en el próximo presidente.
El debate también tuvo sorpresas, como la activa participación del público y la controversia en torno a la figura de Margaret Thatcher. El cruce sobre la primera ministra británica generó reacciones inesperadas, revelando las profundas divergencias entre los candidatos sobre cuestiones fuera de la agenda urgente del país.
En resumen, la noche del tercer debate presidencial fue histórica, marcada por tensiones, estrategias reveladoras y un claro enfrentamiento entre dos visiones políticas opuestas. El impacto de este encuentro resonará en la última semana de campaña, dejando a los votantes con decisiones cruciales antes del balotaje.