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Denuncian agresión a periodista durante protesta universitaria: guardaespaldas de Lousteau señalado como agresor

La manifestación universitaria del día de ayer, en un principio orientada a defender la educación pública, rápidamente se tornó en una jornada de confrontación, exponiendo divisiones y tensiones políticas latentes. Lo que comenzó con consignas por una educación accesible, pronto reveló un trasfondo político, dominado por la participación de grupos kirchneristas, izquierdistas y radicales. Esta mezcla de facciones contribuyó a una atmósfera tensa y polémica, en la que los cuestionamientos críticos no fueron bien recibidos.

Durante la manifestación, el periodista Mariano Pérez, de Break Point, intentó cuestionar a Lousteau sobre su reciente aumento salarial, que lo posiciona con un sueldo de 9 millones de pesos, el doble del salario del presidente Javier Milei. Lejos de recibir una respuesta, Pérez fue agredido físicamente por Fabio “Toto” Laje, guardaespaldas de Lousteau, quien también tiene lazos familiares con el senador y con el Banco Ciudad, ya que su hermano, Guillermo Laje, es presidente de dicha institución.

Fabio “Toto” Laje no es un simple miembro del equipo de seguridad de Lousteau; su figura tiene conexiones personales y profesionales de peso. Según el periodista Ignacio Ortelli, Laje es aficionado de Racing Club de Avellaneda, y además vivió varios años en España, donde se convirtió en líder de la filial del club en Barcelona. Su hermano, Guillermo Laje, es una figura prominente en el sistema bancario como presidente del Banco Ciudad, lo cual añade otro ángulo de interés a este controvertido episodio de agresión a la prensa.

La agresión rápidamente resonó en redes sociales, donde el periodista Javier Negre, director de La Derecha Diario, condenó la violencia con un contundente mensaje en el que calificó de "cobarde" el ataque a Pérez. La situación, ampliamente difundida en redes, ha generado preocupación sobre la seguridad de los periodistas y el derecho a la libre expresión en espacios de protesta, especialmente en aquellos en los que se promueven agendas partidarias.

Mientras se supone que la manifestación representaba a estudiantes y trabajadores de la educación, los sectores de izquierda y del kirchnerismo impulsaron un discurso que desplazó el reclamo inicial hacia cuestiones políticas, transformando la protesta en un espacio de confrontación. Esto generó críticas desde varios sectores, quienes señalan que las legítimas inquietudes estudiantiles quedan a menudo subsumidas en agendas partidarias que no necesariamente buscan soluciones efectivas.