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Dieta para tu salud y la del planeta: menos mortalidad, más sostenibilidad

Un nuevo estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition sugiere que es factible seguir una dieta que no solo beneficie la salud humana, sino también el medio ambiente. Inspirado en el informe de 2019 de la Comisión EAT-Lancet sobre la "dieta de salud planetaria", este estudio examinó cómo los hábitos alimentarios afectan la probabilidad de morir prematuramente por enfermedades graves.

Los hallazgos revelaron que las personas que seguían principalmente una dieta compuesta por alimentos vegetales mínimamente procesados, como frutos secos, legumbres, frutas, verduras, cereales integrales y aceite de oliva, junto con cantidades moderadas de carne, pescado, huevos y lácteos, presentaban tasas más bajas de muerte prematura por enfermedades como cardiopatías, cáncer y otras enfermedades crónicas.

Además de los beneficios para la salud, esta dieta también dejaba una huella medioambiental menor, ya que se componía de alimentos que requerían menos tierra, agua y producían menos emisiones de gases de efecto invernadero en su producción.

La dieta de salud planetaria fomenta el consumo de más plantas y alimentos integrales, con porciones modestas de carne y lácteos, siendo flexible y adaptable a diferentes preferencias culturales y personales. Walter Willett, autor principal del estudio, enfatizó que esta dieta no requiere renunciar a la carne, sino que se trata de una dieta omnívora que prioriza las plantas y alimentos integrales.

El estudio observacional, que analizó datos de más de 200,000 hombres y mujeres durante más de tres décadas, encontró que aquellos cuyos hábitos alimentarios se alineaban más con la dieta de salud planetaria tenían un menor riesgo de mortalidad prematura y una menor probabilidad de morir por enfermedades como cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades pulmonares y trastornos neurodegenerativos.

El cambio hacia una dieta más saludable y sostenible no solo beneficia a los individuos, sino también al planeta. Aunque cambiar los hábitos alimentarios y el sistema de producción de alimentos no resolverá por completo el cambio climático, son pasos importantes hacia un futuro más saludable y sostenible tanto para las personas como para el medio ambiente.