Política

El peronismo K triunfó en territorio bonaerense: pasado, presente y una mirada hacia las elecciones 2025

El peronismo kirchnerista, conocido por su arraigo histórico en la provincia de Buenos Aires, enfrenta un desafío clave de cara a las elecciones 2025. Este distrito, que ha sido el motor político del espacio desde los tiempos de Cristina Kirchner, podría convertirse nuevamente en un bastión de poder. Pero ¿cómo llegó el peronismo K a este punto, y qué se juega en el futuro inmediato?

Hace casi 20 años, en las legislativas en PBA de 2005, Cristina Kirchner logró un triunfo decisivo al derrotar a Hilda "Chiche" Duhalde, marcando el fin de la hegemonía del duhaldismo. Aquella elección fue más que una disputa electoral: fue el inicio del dominio kirchnerista en el peronismo bonaerense. Sin embargo, desde entonces, las elecciones intermedias han sido un terreno complejo. En 2009, la alianza PRO, liderada por Mauricio Macri, golpeó al kirchnerismo con el ascenso de Francisco de Narváez. El 2013 y 2017 siguieron esa lógica, con derrotas frente a Sergio Massa y Esteban Bullrich, respectivamente.

Pero a pesar de las caídas, el kirchnerismo conserva su influencia. En 2021, aunque el oficialismo nacional sufrió un duro revés, Axel Kicillof logró mantener el control provincial. Este factor será crucial para el escenario que se proyecta hacia 2025, donde los peronistas ven una oportunidad de recuperar terreno frente a un PRO fragmentado y la irrupción de La Libertad Avanza (LLA).


Las claves de 2025: un tablero incierto


El panorama político actual deja entrever dos grandes amenazas para el oficialismo bonaerense: la crisis interna del kirchnerismo y la capacidad de la oposición para capitalizar divisiones. Desde el cristinismo apuntan a cerrar filas en torno a un liderazgo claro. Pero los enfrentamientos entre Cristina Kirchner y sectores alineados con Kicillof podrían derivar en una fragmentación peligrosa.

Por otro lado, la oposición también enfrenta sus propios conflictos. La relación entre el PRO y LLA atraviesa tensiones crecientes. La posibilidad de que ambos espacios compitan por separado podría beneficiar al peronismo K. Según analistas como Facundo Nejamkis, el conurbano sigue siendo un terreno desfavorable para Milei, un factor que mantiene la ventaja relativa del peronismo en esta región.


El peso de la provincia en el futuro nacional


En la provincia de Buenos Aires no solo se juegan bancas; también se define el rumbo político del país. Un eventual triunfo del peronismo K en territorio bonaerense podría consolidar el liderazgo de Cristina Kirchner o abrir la puerta a una nueva generación dentro del espacio. Sin embargo, los dirigentes insisten en que la clave estará en evitar divisiones internas y construir un discurso que atraiga al electorado joven, especialmente a aquellos desencantados con el sistema político tradicional.

Por ahora, el tablero electoral sigue moviéndose, con incertidumbre sobre las reglas del juego: ¿habrá PASO a nivel nacional? ¿Se mantendrá la boleta única de papel? Mientras estas preguntas permanecen abiertas, el peronismo K afila su estrategia para volver a triunfar, sabiendo que un error podría ser definitivo. Como advierte un dirigente cercano a la ex presidenta: “La locomotora del peronismo es la provincia de Buenos Aires. Si vamos divididos, y la chocamos, vamos a estar muy complicados”.


Intriga y futuro: ¿qué nos depara el 2025?


Con el PRO lidiando con sus diferencias internas y La Libertad Avanza buscando consolidarse, el peronismo K podría encontrar una ventana de oportunidad. Pero también enfrenta el desafío de resolver sus propias tensiones internas. En un escenario tan incierto, todo indica que las próximas semanas serán determinantes para definir las estrategias electorales.

¿Será esta la elección que marque el resurgir definitivo del kirchnerismo en territorio bonaerense? La historia reciente enseña que, en la provincia de Buenos Aires, nada está escrito hasta el último voto.