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INTA logra hito mundial: secuencia genoma chicharrita del maíz, clave para control y resistencia en cultivos

La Secretaría de Bioeconomía ha anunciado un hito significativo alcanzado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA): la secuenciación del genoma de la chicharrita del maíz, un logro que promete revolucionar las estrategias de control de este insecto y facilitar el desarrollo de variedades de maíz más resistentes a las enfermedades que transmite.

El equipo de especialistas del Centro de Investigaciones Agropecuarias del INTA ha llevado a cabo este trabajo pionero, completando la secuenciación, ensamblado y anotación del genoma de Dalbulus maidis. Este avance, el primero de su tipo a nivel mundial, surge en respuesta a las condiciones climáticas favorables que han exacerbado la reproducción y migración de esta plaga desde el norte hasta las zonas productivas centrales del país.

Además de su impacto en el control de la chicharrita del maíz, la investigación proporcionará información crucial sobre la biología, distribución y evolución del insecto, permitiendo prever y mitigar futuros brotes y epidemias.

Este hito científico también allana el camino hacia enfoques más precisos y dirigidos para el control de la plaga, con la perspectiva de reducir el uso de productos fitosanitarios, según ha detallado la Secretaría de Bioeconomía.

Los efectos devastadores de la chicharrita ya se han hecho sentir en la producción de maíz para la campaña 2023/24, con un recorte significativo de más de 12,5 millones de toneladas estimado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, lo que ha reducido la producción total a 46,5 millones de toneladas. Las pérdidas en el mercado local se estiman en más de US$ 2.100 millones, con una caída adicional de US$ 1.600 millones en las exportaciones, según la Bolsa de Comercio de Rosario.

Describen a la chicharrita dalbulus como un insecto diminuto de aproximadamente 3 a 4 mm de largo, de color crema translúcido con dos puntos oscuros en la cabeza y alas más largas que el abdomen. Durante los últimos años, inviernos benignos han favorecido su supervivencia en cultivos como trigo, cebada, avena, centeno, pasturas y diversas malezas, facilitando su colonización posterior en los cultivos de maíz.

Esta plaga es responsable del achaparramiento del maíz, una condición causada por la bacteria Spiroplasma kunkelii que transmite al alimentarse. Aunque tradicionalmente afecta a los maíces del norte del país, ha extendido su presencia a nuevas regiones durante la actual campaña agrícola.

Con el potencial de causar pérdidas de rendimiento que superan el 70%, el control efectivo de la chicharrita del maíz se vuelve cada vez más crucial para la seguridad alimentaria y económica de Argentina.