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La controversia de la Educación Sexual Integral en las escuelas: un debate necesario
La reciente polémica generada en torno a la inclusión de obras literarias con contenido sexual explícito en el programa “Identidades bonaerenses” ha sacudido las aulas y los hogares de la provincia de Buenos Aires. Frases impactantes extraídas de novelas como Cometierra, de Dolores Reyes, han despertado la inquietud de muchos padres que se preguntan si este tipo de contenidos son apropiados para sus hijos en el contexto escolar. Entre los testimonios se citan descripciones que involucran actos sexuales explícitos, lo que ha llevado a cuestionar la política educativa en materia de Educación Sexual Integral (ESI).
La situación se intensificó tras la suspensión de un docente en Mendoza, quien pidió a sus alumnos que leyeran y comentaran uno de estos libros. Las críticas se centraron en el enfoque de la ESI y la naturaleza de los textos seleccionados. Ezequiel Baigorria, psicólogo clínico, ha señalado que proporcionar información sexual no adecuada para la edad de los estudiantes puede considerarse una forma de corrupción de menores. Al respecto, enfatiza que no solo se trata de contenido inadecuado, sino de una problemática más profunda que interroga sobre la maduración emocional y sexual de los adolescentes.
La intención detrás de la ESI es loable, ya que busca prevenir abusos y promover la conciencia sobre la violencia de género. Sin embargo, la implementación de contenidos que incluyen descripciones sexuales explícitas plantea serias interrogantes sobre la pertinencia de estos materiales en un contexto educativo donde los déficits en áreas básicas como la lectoescritura y las matemáticas son evidentes.
El gobernador Axel Kicillof y el director de Cultura y Educación, Alberto Sileoni, han defendido la inclusión de estos textos, afirmando que es fundamental abordar la sexualidad en las escuelas. Sileoni, en particular, ha desafiado la percepción negativa en torno a la exposición a contenidos mediáticos, sugiriendo que la educación mediada por docentes puede ser un antídoto contra la pornografía accesible a través de internet. Sin embargo, esta respuesta puede parecer simplista ante una problemática que requiere una consideración más matizada de las realidades emocionales de los jóvenes.
Un aspecto crucial de este debate es el derecho de los padres a participar en la educación de sus hijos. La Ley Federal de Educación y diversas convenciones internacionales reconocen el papel fundamental de la familia en la formación educativa. Sin embargo, las recientes declaraciones de Sileoni, donde menosprecia las preocupaciones de los padres, sugieren una desconexión entre las políticas educativas y la realidad familiar. Este tipo de tensiones puede generar un clima de desconfianza y resistencia hacia la implementación de la ESI.
En definitiva, la discusión sobre la educación sexual en las escuelas debe trascender la simple inclusión de textos provocativos. Es imperativo considerar la diversidad de experiencias y madurez emocional de los estudiantes abierta, así como fomentar un diálogo y respetuoso entre educadores, padres y alumnos. La ESI debe ser un espacio seguro que respete la intimidad y las inquietudes de cada niño, promoviendo un aprendizaje que realmente contribuya a su desarrollo integral. La sexualidad es un tema complejo y sensible que requiere un enfoque cuidadoso y consciente, no solo en su contenido, sino también en la forma en que se presenta y se discute en el entorno escolar.
Extractos de los libros de la polémica
Extracto del libro “Las Primas”, de Aurora Venturini
“Cuando la interpelé a Petra acerca del término ella largó una carcajada y me gritó imbécil con más de dieciocho años no sabes siquiera pronunciar y con pose de maestra de sexto pronunció sexo oral y yo boquiabierta igual quedé en ayunas y le rogué me aclarara el tema porque sentía que debía ser eso que todas las chicas, según Petra, practican y se sentó en una silla y me dijo hacé de cuenta que soy un hombre, para el caso el quintero de marras que embarazó a Carina y sentada se abrió de piernas y me dijo que imaginara que ella siendo hombre tendría en lugar de cotorra un pene y que pene significaba el pito de los varones por donde mean y no la cotorra por donde lo hacemos nosotras las mujeres y que para no embarazarse no hay que dejar meterse el pene en la cotorra porque el semen que expele el pito es lo que contamina y después viene lo peor el embarazo y que ella le propuso al hombre de la quinta sexo oral y él encantado aceptó” (....)
“Siguió explicando siempre sentada con las piernas abiertas y contó que sexo oral significa que el hombre le ponga el pito en la boca a la mujer y que ella chupe como si chupara cualquier fruta o caramelo y de pronto salía el semen y que por esa vía no embarazaba y yo vomité ahí nomás y ella enfurecida y con razón juró que nunca me explicaría cosas íntimas aunque me convendría saberlas para que no me ocurriera lo mismo que a la inocente Carina y a su bebé y que cualquier hombre con tal de no comprometerse acepta el sexo oral y que a ella le parecía que son tan puercos que les gusta más así que de manera normal…. "
Extracto de “Si no fueras tan niña”, de Sol Fantin:
“Marcos saca dos cervezas de la heladera, me da una y se lleva la otra a la boca. Toma un trago y deja la botella sobre la mesa, como si estuviera ansioso. Sin nada, me agarra de la mano y me lleva a la habitación. Me tiende boca arriba en la cama de una plaza de la madre. Me desnuda. Se desnuda y se suba arriba mío. Me toca. Me penetra con el pene. A mi me duele. Él me mira fijo, serio, a los ojos. Yo siento que tengo que aguante. Sostengo la mirada. Él es el gurú. Él es el poeta de dios. Él es el guía espiritual que todos respetan, que a mi me eligió a mí, y yo soy chica, yo no sé, yo tengo que dejar que él me guíe. Gomo de dolor. Él me suelta”.
Otro fragmento de “Cometierra”:
“Para que entendiera, le toqué la p... por sobre el pantalón y con la otra mano agarré una de las suyas y me la llevé al nacimiento del pelo. Recién en el comienzo de las caricias Ezequiel aflojó y pudo sonreír. Me abrazó, me apretó contra él. Olerlo me encantaba. Estábamos solos en la casa, como si no importase nada más que nosotros dos y los besos que nos dábamos. Me puse a besarle el cuello, besos que pronto se transformaron en lamidas que me dejaron la mente en blanco. Sus manos de repente me soltaron, para desprender el botón de su jean, bajar la bragueta y hacer asomar su p... dura. Chuparle la p... a Ezequiel era como un juego para mí. Pensaba en un helado mientras le pasaba la lengua y se la besaba. Ezequiel me dejó jugar un rato, hasta que me agarró de los pelos y me puso de pie. Sus manos desabrocharon mi pantalón y lo bajaron bruscamente, como si me lo arrancaran, y después él me dobló contra el sillón de la salita de atender. Boca abajo, su mano tocó lo que su p... iba a penetrar, me acarició un rato largo, con todo el tiempo del mundo. Más que nada, sentía su calor. Costó un poco cuando empezó a meterse, un momento mínimo de dolor, pero después Ezequiel se estaba moviendo en mí y yo enloquecía.”