Judiciales

La otra cara del Caso Melazo: la parte amarilla de la banda sigue sembrando el terror en La Plata

Los escándalos de corrupción en la justicia argentina son muchos, grandes y constantes. Bastaría con repasar lo ocurrido en ese ámbito en las últimas tres décadas, para llenar las páginas del libro más grande que jamás se haya escrito.

Lo que reina en la historia judicial argentina moderna es la injusticia, el corporativismo, los curros, las coimas, los intereses sectoriales. Por eso, resulta difícil comprender las sentencias de casos de corrupción. “En Argentina, las cárceles están llenas de pobres”, reza una máxima local.

En esta oportunidad, intentaremos desentrañar uno de los casos más llamativos desde el regreso de la democracia: la insoportable corrupción en la justicia de la provincia de Buenos Aires, tomando el “Caso Melazo” como causa testigo.

César Ricardo Melazo fue juez de Garantías de La Plata durante dos décadas desde 1998 y fue condenado a 7 años y 10 meses de prisión, acusado de liderar una banda de jueces, fiscales, policías y delincuentes comunes.

Los hechos que se le atribuyen a la banda son muchos. Hay robos, extorsiones, muertes y todo tipo de delitos. La sentencia mediática indica que él protegía a la banda desde su lugar de “el juez más poderoso de PBA”, por sus relaciones políticas y judiciales.

Por estos días se tramita en La Plata una causa conexa a la principal, que intenta develar los pedidos de coimas de abogados ligados a fiscales para reducir o quitar penas a personas involucradas en posibles delitos.

Sin embargo, lo único importante para analizar en la “Causa Melazo” no son solamente su delitos, sino todo el contexto de corrupción de la justicia bonaerense. Melazo es uno de los muchos exponentes corruptos en el Poder Judicial de PBA, pero hay más y de todos los colores.

Como en todos los órdenes de la vida moderna argentina, la grieta atraviesa cada tema, cada institución, cada familia. Y el Poder Judicial no está exento de eso. El “Caso Melazo” es un claro y fiel exponente de esa guerra impiadosa que destruye generaciones.


Dos bandos


En la justicia bonaerense hay dos grandes bandos, uno peronista y otro macrista. Melazo pertenece al primero, pero existen gran cantidad de jueces, fiscales y autoridades judiciales que pertenecen a otra banda, la amarilla, que también comete delitos, y muchos. Pero en la realidad, funcionaban como una sola banda.

A juzgar por los hechos, la parte peronista de la justicia provincial viene perdiendo la batalla, ya que los que cayeron son propios. Por su parte, el también escabroso sector amarillo todavía no vio caer a ninguno de sus soldados, muchos de los cuáles están más sucios que una papa.

La cara amarilla más poderosa de la Justicia bonaerense es el Procurador Julio Marcelo Conte-Grand, un operador F1 con manejo total en el ámbito de los fiscales, de los cuáles es jefe. Los fiscales son los que investigan y acusan, por eso Conte-Grand tiene casi el mismo poder que la Suprema Corte provincial. Eso lo hace un jugador clave en el ajedrez judicial.

Desde sus oficinas en La Plata, Conte-Grand conduce a una enorme tropa de fiscales y jueces macristas que le responden ciegamente, la mayoría de ellos, honestos y probos, pero unos pocos dejan todo que desear. Por eso, no se puede desligar de innumerables casos de corrupción desatados desenfrenadamente por esos magistrados corruptos.

Justamente en La Plata, una jueza amarilla es señalada por varias fuentes de mandar a su hijo (un actual concejal) a extorsionar a todo tipo de delincuentes y otros que no siéndolo, se ven involucrados en hechos delictivos, a cambio de jugosos montos de dinero, siempre millonarios.

El caso de la jueza MG no tiene nada que envidiarle al de César Melazo, ya que actúan de manera muy parecida. La diferencia entre ambos es que a ella la bancan desde arriba y a CM los propios, que comían en su casa de Gorina y le pedían favores todos los días, lo entregaron atado de piés y manos o simplemente se borraron por miedo al salpique.


Media banda adentro y media afuera


En realidad, la denominada “Mega Banda del Juez Melazo”, tenía más integrantes que una boleta electoral sábana. La parte que está afuera es justamente la de la Jueza MG y su hijo JMG, quienes junto a la fiscal BL y otras autoridades judiciales platenses, siguen actuando libremente.

El brazo armado de esta parte de la Mega Banda judicial, sería una conocida trupe de delincuentes de la zona de Ringuelet, que siguen asolando a La Plata, sembrando el terror y cosechando billetes para compartir con sus magistradas protectoras.

Por su parte, otro de los protectores judiciales de esa peligrosísima  banda de ladrones platenses, sería un mediático ex fiscal recientemente jubilado, que ahora ocupa un alto cargo en el gobierno de Javier Milei.

En ese sentido, existe un fallo del juez de garantías Agustín Crispo, que destroza al entonces fiscal platense, en una causa en la que se apuntaba al jefe de la DDI La Plata de proteger a la mencionada banda de delincuentes.

En este caso había pruebas, escuchas y hasta descripciones de cómo triangulaban el dinero oscuro a través de cuentas bancarias. Estaba todo probado y el fiscal MR la desestimó. Podría haberla archivado, pero decidió eliminarla, en un acto de complicidad alarmante.