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La soberanía en debate: Starmer defiende la posición británica sobre Malvinas

El primer ministro británico, Keir Starmer, aseguró ante la Cámara de los Comunes que las islas Malvinas "son británicas" y que la soberanía de Gibraltar “no es negociable”. Esta declaración surge tras la reciente decisión del Reino Unido de ceder el archipiélago de Chagos a Mauricio. Durante la sesión, Starmer destacó la guerra de 1982 entre Argentina y el Reino Unido, mencionando que su tío combatió en ese conflicto y casi perdió la vida cuando su barco fue torpedeado. “Son británicas y permanecerán como británicas”, enfatizó, subrayando que el asunto es personal para él.

Starmer también se refirió a su reciente encuentro en Bruselas con Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, para discutir maneras de "mejorar" el acuerdo de divorcio del Brexit.

La semana pasada, el Reino Unido anunció que cedería a Mauricio la soberanía de un grupo de islas estratégicas en el Océano Índico, incluido el atolón de Diego García, una base militar utilizada por Estados Unidos. El ministro de Asuntos Exteriores británico, David Shammy, defendió esta decisión en la Cámara de los Comunes, afirmando que era la única manera de mantener el control de la base militar, y advirtió sobre los riesgos de no alcanzar un acuerdo.

Ante esta situación, la canciller argentina, Diana Mondino, declaró que el acuerdo sobre Chagos representa un antecedente favorable para el reclamo argentino sobre Malvinas, considerándolo un “paso en la dirección correcta” para recuperar la soberanía. “Las Malvinas fueron, son y serán siempre argentinas”, afirmó, destacando que el diálogo no se centra en la titularidad del territorio, sino en cómo pueden colaborar.

Mondino también mencionó un acuerdo para reanudar vuelos entre las Islas Malvinas y Córdoba, lo que provocó reacciones adversas entre los exveteranos de la guerra. La Confederación de Veteranos de Guerra de Malvinas denunció a la canciller por presunta violación de deberes públicos.

La vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, criticó el acuerdo con el Reino Unido, afirmando que representa un debilitamiento de los intereses argentinos y cuestionando la lógica detrás de aceptar "migajas" en lugar de un verdadero apoyo a la soberanía nacional. “¿Nos toman por tontos? Ellos obtienen ventajas materiales, mientras que a nosotros nos ofrecen consuelo emotivo”, sentenció.

Esta situación refleja la complejidad de las relaciones diplomáticas entre Argentina y el Reino Unido, así como las tensiones persistentes en torno a la soberanía de las islas Malvinas, un tema que sigue siendo de gran relevancia en el ámbito político y social argentino.