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MISIONES - Rovira y sus espurios acuerdos con Macri antes y Milei ahora, a quién le daría 3 palos verdes para que "no joda" en tierras coloradas

Ninfa Alvarenga, una empleada pública que vive en Posadas, es la mujer que hace tiempo decidió representar a Javier Milei en la Provincia de Misiones. Pero, para sorpresa de todos, la justicia prohibió la utilización del partido que ostenta la referente libertaria misionera y Ninfa aprovechó para bajarse de una candidatura a Gobernadora para la cual no estaba a la altura, ni política ni económicamente. Aunque todos sospechan de otro acuerdo de Rovira, como los que hace con Macri, pero ahora con Milei.

Ninfa Alvarenga con Javier Milei, en Posadas.


  ¿Cómo opera Milei?  

El accionar de Javier Milei dista mucho de sus palabras estridentes en los medios de comunicación, donde critica a la “casta política”, propone un formato distinto y sano y se muestra como un durísimo detractor de los acuerdos de cúpulas a espaldas de la gente, cosa que la enorme mayoría comparte. Sin embargo, su paso por Misiones no revela el cumplimiento de ninguna de sus declamadas metas éticas y morales.

Cuentan en Posadas, los conocedores de las minucias políticas de la provincia colorada, que una tarde de marzo de 2022, enterado Rovira de que el líder libertario viajaba hacia Brasil para dar una conferencia, lo llamó a su celular y lo invitó a bajar en Misiones. “Bajate en Puerto Iguazú, te mando a buscar en un helicóptero de la provincia y te venís a casa que tenemos que charlar algo importante, Javi”.

Así ocurrió. Aquella tarde calurosa y húmeda de marzo de 2022, los encontró sentados junto al enorme estanque que hace las veces de piscina, en la lujosa residencia del “Driver”(como lo llaman en Misiones a Rovira), ubicada en las afueras de Posadas, a orillas del majestuoso río Paraná, en el paraje Punta Laurel. Tomaron jugos y alcohol blanco. Charlaron dos horas y el Adolf de los candidatos a Presidente se marchó. Brasil lo seguía esperando...

En esos 120 minutos de "pura rosca” con un extraordinario exponente de la “casta”, hicieron felices a ambos. El Driver le habría propuesto al Nazi, un acuerdo tan osado como irresistible: “Javier, no me rompas las bolas en Misiones con armar algo para las elecciones provinciales; sacame de encima a esta mina Ninfa Alvarenga y a todos los que joden acá con tu candidatura”.

La cara de Milei no parecía demostrar desagrado ni sorpresa ante semejante propuesta, al contrario. “Vos medís demasiado bien por acá y me generás quilombos. Te propongo lo siguiente: te apoyo por abajo en las elecciones nacionales, ya que Misiones vota todo lo provincial mucho antes, te pongo algunos candidatos a diputados y senadores nacionales míos en tu lista y te doy tres palos verdes, que van a ser muy útiles para tu campaña. Yo voy a ir con boleta corta de nuevo, así que por abajo te voy a apoyar, Javi”, le tiró sin filtro Rovirita.

La mansión del Driver es muy cómoda y lujosa. Javier disfrutó sus dos horas de estadía allí, en las que aprovechó para ver en detalles cómo funciona el otro estanque, el que se llena con un ducto de agua del río Paraná, y es utilizado por el casi enano presidente de la Cámara de Diputados misionera para criar varias especies de peces bellísimos. Un gustito personal que conlleva una pequeña inversión de varios millones.

La majestuosa mansión del Driver Carlos Rovira, a orillas del Paraná, en Posadas.


Las lenguas misioneras (buenas y malas), aseguran contundentes que la “Mansión Driver”, tiene una costosísima muralla de contención contra las olas y la acción erosionadora del río más caudaloso del país, que se extiende mucho más allá de su bastísimo terreno. Esa defensa costera habría sido construida a cuenta y orden de la millonaria entidad binacional Yacyretá, con sede en esa provincia de tierras rojas, bajo la dirección del arquitecto Oscar Thomas, socio político y amigo de Carlos Rovira.

Humberto Schiavone hablando al público y Oscar Thomas detrás suyo.


Pero volviendo a lo charlado aquella tarde, 13 meses atrás, a orillas del Paraná, hay que contar una serie de sucesos anteriores que explicarían con más claridad lo ocurrido. Al parecer, todo arranca por lo menos en 2015, cuando de cara al ballotage por la Presidencia de la Nación entre Mauricio Macri y Daniel Scioli, Rovira dió un volantazo imprevisto y violento y apoyó al ex presidente de Boca, a cambio de no se sabe cuántos “millones de abrazos, dejando desairando al entonces gobernador bonaerense.

Para que vean que tenemos la data justa, les vamos a contar cómo se gestó. En la visita de Macri a Misiones, en plena campaña para la segunda vuelta electoral 2015 (ballotage contra Scioli), Carlos Rovira, Mauricio Macri y Rogelio Frigerio, se reunieron en una cancha de squash de laBajada Vieja, ubicada justo al lado del gimnasio donde se llevaría a cabo el acto del PRO. Frigerio era el nexo, ya que por aquel entonces, cobraba un sueldo como asesor de Rovira, que ya era el titular de la Cámara de Diputados de Misiones.

Rosca en las alturas. Rovira, Frigerio y Macri, juntos en un avión.


Entre paletas de squash y botellitas de agua, los tres dirigentes antes mencionados acordaron que “La Renovación", el partido provincial de Rovira, no debería volver a jugar fuerte con el kirchnerismo y a cambio, los amarillos le entregarían al “Pequeño Driver” las listas de diputados y senadores nacionales del PRO, para que ponga a su gente, con la única excepción de un apellido que no podría faltar en ambas boletas, para no defraudar abiertamente a su electorado y a su pollo misionero.

Los hermanos Schiavone, Humberto y Alfredo, deberían encabezar las boletas de senadores y diputados nacionales respectivamente. “El resto es tuyo, poné al que quieras”, le habría asegurado Frigerio, mientras Macri asentía con la cabeza y una sonrisa picarona. El acuerdo debería repetirse dos años después, en 2017.

Alfredo y Humberto Schiavone, felices. Cobraron los dos.


Al parecer, la maniobra encontró tierra colorada fértil otra vez en 2019, cuando en otro dolarizado acuerdo político con el todavía Presidente Mauricio Macri, en detrimento nada menos que del entonces ya presidente del PRO a nivel nacional, Humberto Schiavoni (el Ninfa Alvarenga amarillo de aquel tiempo), dejándolo fuera de competencia y asegurando una cómoda victoria de “La Renovación” misionera del Driver.

Ese nuevo pacto iba a ejecutarse de la siguiente manera: Humberto Schiavoni debería confeccionar unas listas bien malas, con la menor convocatoria posible en el ámbito provincial, con el peor candidato a gobernador que se pueda encontrar, para que “La Renovación” rovirista ganase con absoluta comodidad. Fiel a su estilo y eficiencia lame zapatos, Schiavoni volvió a ser el felpudo de Macri, planchó la campaña de Cambiemos y el candidato renovador Oscar Herrera Ahuad, ganó con el 76 por ciento de los votos. Una verdadera paliza comprada.

La alianza transversal que juntó a peronistas con radicales en 2003 cumple 20 años como fuerza hegemónica en Misiones. Los cuatro gobernadores que se sucedieron. El jefe siempre fue Rovira.

  Conociendo a Ninfa Alvarenga  

En sus redes sociales se presenta como “Profesora Adjunta Cátedra de Prospectiva Estratégica en Universidad Maimónides. Socia en TOTEM SAS. Profesora en UCES Buenos Aires, Epistemología de la Ciencia II, posgrado Especialización en Prospectiva Estratégica. Profesora Adjunta Cátedra de Prospectiva Estratégica en Universidad Maimónides Buenos Aires, Curso de Prospectiva Estratégica en la Universidad Nacional del Chaco Austral (Uncaus)”.