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¿Milei a punto de bajarse? El “Loco de la motosierra” prepara su tuit de abandono | VIDEO


Atención lector: Si no llegás hasta el final de esta nota, no lo vas a entender.


Luego de su presentación anoche en el programa “La cruel verdad”, que conduce por A24 el calvo periodista platense Esteban Trebuq, el entorno del “Loco de la motosierra” estaría evaluando seriamente bajarlo del balotaje del domingo 19 de noviembre 2023, donde deberá enfrentar a Sergio Massa, para definir quién será el nuevo presidente de los 46 millones de Argentinos.

La noche y madrugada del jueves al viernes, resultaron una verdadera tortura para el candidato y su equipo más íntimo. Los mensajes a Carlos Kikuchi y a Karina Milei, provenientes de empresarios aportantes, referentes distritales de LLA y amigos de Javier, eran lapidarios y contundentes: “No lo dejen aparecer más en notas en TV porque se está suicidando políticamente. Cada vez que ofrece una entrevista baja 2 puntos”.

Los desbordes emocionales del “Loco de la motosierra” no son una novedad, pero cuando se está definiendo quién es el candidato más preparado para conducir los destinos de un país en ebullición, esa característica parece no resultar una virtud. La locura garpa cuando estás entre el montón, para hacerte notar; pero cuando es mano a mano y por algo tan importante, pasa a ser corrosiva.

Con la aparición de las primeras encuestas post elección, durante esta semana, el equipo de campaña del libertario notó que las posibilidades de revertir su magra actuación en las urnas el 22-10-23, eran infinitamente menores que sus aspiraciones pre electorales. Por eso adelantaron con la velocidad de un rayo, la fulminante incorporación de Muricio Macri y sus macritos a la campaña, sabiéndose acreedores de un ardor anal eterno y humillante.

Presentaron la unión con el macrismo, dejando afuera a medio PRO, a la UCR y a Carrió, como Boca presentó a Edinson Cavani, una vieja gloria fuera estado, pero con presencia marketinera, y salieron a medir de nuevo, para ver ahora el impacto de la unión zoológica (León-Pato-Gato). Como el impacto de semejante alianza no fue el esperado, decidieron soltar al león, aún contra la opinión de “El Jefe” Karina, en un desesperado intento de resurrección.

Carlitos Kikuchi y los comunicadores decidieron llevarlo a una nota “amigable” con su periodista más fanático. El pelado de A24 se ofreció desnudo de ambiciones, dispuesto a tirarle más centros que Guillermo Barros Schelotto a Martín Palermo. Lo malo de estas notas es que “te mata el vivo”, porque si es grabado, borrás los papelones y listo. “Fue como perder en la bombonera contra Arsenal”, graficaron sus asesores.

Los bochornosos espasmos de locura libertaria se sucedieron inevitablemente uno tras otro en la pantalla del canal de los amigos de Sergio, aunque en un error no forzado, en medio del estupor generalizado en todo LLA, que veía derrumbarse las ilusiones de recuperación ante un Massa avasallante y seguro de sí mismo. 


Era el principio del final. La vuelta al hotel Libertador, donde el León fijó residencia de campaña, fue un calvario. Llovían mensajes de horror y el pánico logró dominar definitivamente a Javier.


El corto trayecto entre el fin de la entrevista televisiva y la medianoche, detonó al “Loco de la motosierra”, que desesperado y hostil amenazaba con bajarse ya mismo. Debieron sacarle los celulares para que no escribiera el tuit de despedida de campaña. Era una decisión tomada, hasta que Karina y Kikuchi lograron calmarlo. Pero saben que el camino hacia la deserción electoral es corto e inevitable.

Milei es a esta hora en política, como un enfermo terminal que flota entre sus nubes de emociones encontradas, sabiendo cuál será su final y queriendo adelantarlo para dejar de soportar el inmenso dolor que lo carcome, a pesar que su entorno quiera egoístamente verlo sufrir hasta su último suspiro. Todos los parámetros le dan mal. Intentan reanimarlo y cada remedio aumenta la enfermedad. 


Empezaron las alucinaciones y Javier siente el irrefrenable deseo de correr hacia las puertas del infierno, donde sus ídolos Adolf, Benito y Augusto, lo esperan con los brazos abiertos y el alma bien sucia.


Bajarse no es una posibilidad, es una necesidad de vida para un hombre que claramente no está preparado ni física técnica, ni política, ni emocionalmente para semejante desafío. Su estado mental lo aleja forzosamente del poder real y lo sumerge en el desafío de sobrevivir para esperar una nueva oportunidad.

El tiempo lo dirá. Pero es cuestión de horas…