El Parlamento de Hungría aprobó una enmienda constitucional que cambiará por completo la manera en que se celebran los eventos públicos organizados por comunidades LGBTQ+ en el país. Esta decisión, tomada el lunes pasado, no solo ha generado gran controversia, sino que también ha dividido a la sociedad húngara. ¿Qué implica esta reforma y por qué ha causado tanto revuelo?
La enmienda permite al gobierno húngaro prohibir eventos públicos como la famosa Marcha del Orgullo de Budapest. Este acto, uno de los más significativos para la comunidad LGBTQ+, ha sido criticado por ciertos sectores del país. Con 140 votos a favor y 21 en contra, la reforma se aprobó con el apoyo de la coalición gobernante Fidesz-KDNP, quienes han impulsado esta medida como parte de su visión conservadora.
La ley que codifica esta enmienda establece que el gobierno podrá utilizar tecnologías de reconocimiento facial para identificar a los asistentes a estos eventos. Los infractores podrían enfrentar multas de hasta 200.000 forintos húngaros (aproximadamente 546 dólares). Este tipo de medidas ha levantado alarmas sobre la privacidad y la libertad personal en el país.
Los críticos, como Ádám Remport de la organización Unión de Libertades Civiles de Hungría, han expresado su preocupación sobre el uso de tecnologías de vigilancia masiva, algo que se considera una invasión a la privacidad. "Esto no es solo sobre el control de los eventos, sino sobre la represión de las ideas y la identidad de las personas", aseguró Remport.
Por otro lado, el gobierno justifica estas medidas al afirmar que protegen a los niños de lo que denominan la “ideología progresista” y la "locura de género". Según la reforma, los derechos de los menores al desarrollo moral y físico prevalecen sobre otros derechos.
En el núcleo de esta enmienda también está la reafirmación de la visión binaria del género. La Constitución de Hungría deja claro que solo existen dos sexos: masculino y femenino, eliminando así el reconocimiento de identidades de género diversas. Para muchos húngaros, esta medida es una defensa de sus valores tradicionales.
Además, la reforma refuerza una ley previa que prohíbe la adopción por parte de parejas del mismo sexo. Esta visión conservadora es celebrada por muchos, pero también ha sido objeto de duras críticas desde sectores progresistas.
Las protestas contra esta reforma no se hicieron esperar. Durante la votación, la oposición intentó bloquear la entrada al Parlamento y se produjeron disturbios en las afueras. El diputado opositor Dávid Bed? acusó al gobierno de Orbán de atacar la democracia, mientras que los manifestantes de izquierda denunciaron la exclusión de la comunidad LGBTQ+ del espacio público.
Sin embargo, el gobierno húngaro sostiene que esta reforma no ataca la autoexpresión individual, sino que busca aclarar el marco legal y proteger a los menores de la "ideología progresista" en el país.
La nueva enmienda constitucional en Hungría marca un hito en la lucha de la comunidad LGBTQ+ por sus derechos en el país. Mientras que algunos defienden la medida como una protección de los valores tradicionales, otros critican fuertemente la prohibición de la Marcha del Orgullo y el uso de la vigilancia masiva. Con el apoyo de la mayoría en el Parlamento, el gobierno de Orbán ha dado un paso firme hacia la consolidación de sus políticas conservadoras, mientras las protestas continúan siendo una respuesta frente a esta nueva realidad.
