El reciente escándalo protagonizado por Javier Milei y el video filtrado de su entrevista con Jonatan Viale no solo dio que hablar por el contenido, sino también por las implicancias políticas que desató. A medida que el criptoescándalo sigue ocupando las primeras planas, el Gobierno intenta desviar la atención hacia una supuesta interna dentro del espacio libertario, centrando la mira en Santiago Caputo, un asesor clave de Milei.

¿Qué está en juego y por qué Caputo está en el centro de la tormenta? La filtración del video mostró a Caputo interrumpiendo a Milei para corregir su discurso, lo que generó una fuerte ola de críticas desde el mismo seno del Gobierno. Para muchos, la imagen de un asesor corrigiendo a un candidato presidencial fue una señal de debilidad. En el entorno oficialista, las críticas no se hicieron esperar. Guillermo Francos, jefe de Gabinete, fue uno de los más contundentes, afirmando que Caputo “habría aprendido una lección” tras su intervención. Sin filtros, dejó claro que no era una crítica espontánea, sino una movida calculada.

En un intento por justificar la acción, el vocero presidencial, Manuel Adorni, trató de suavizar la situación, pero en el proceso terminó empeorando las cosas. "Caputo tiene el defecto de la excelencia", afirmó, aunque la frase terminó sonando como una crítica velada que aún dejó más dudas sobre la estrategia del Gobierno.

Desde los pasillos de la Casa Rosada, la movida no sorprendió a muchos. La idea era clara: sacrificar a Caputo para desviar la atención del escándalo y proteger al Presidente y su hermana, Karina Milei, otra de las figuras clave dentro de la estructura del liberalismo argentino. La relación entre Karina Milei y Caputo siempre fue tensa, y este incidente fue el catalizador perfecto para fortalecer las diferencias internas.

Sin embargo, los más cercanos a Caputo aseguran que el asesor rápidamente comprendió la jugada y optó por no confrontar. "Su renuncia está siempre a disposición", afirmaron desde su entorno, aunque por el momento su puesto sigue intacto.

Lo que está claro es que, mientras el Gobierno intenta reorientar el foco de la crisis, el criptoescándalo y las divisiones internas siguen alimentando la especulación política. El operativo para desgastar a Caputo no ha logrado calmar las aguas, y parece que la estrategia del oficialismo de centrar la atención en una interna no ha sido tan efectiva como esperaban.

Así, el futuro de Santiago Caputo dentro de la estructura de Javier Milei sigue siendo incierto. Mientras tanto, el criptoescándalo sigue sumando capítulos y la lucha por el control dentro del espacio libertario continúa en pie.