La respuesta genera más preguntas que certezas. En medio de un escenario institucional tenso, la vicepresidenta dejó a todos descolocados con una serie de decisiones y declaraciones que agitan aún más el tablero político. Te contamos por qué esto es clave para entender qué está pasando en el Senado y qué puede venir.

Durante la última sesión en el Senado, Victoria Villarruel habilitó el debate y la votación de tres proyectos promovidos por el kirchnerismo y la oposición. Estas iniciativas —aumento para jubilados, moratoria previsional y emergencia en discapacidad— fueron aprobadas con mayoría simple, a pesar de las advertencias del oficialismo, que reclamaba que se necesitaban dos tercios.

El punto más polémico es que esas leyes impulsadas ilegalmente, según denuncian desde el gobierno, comprometen el equilibrio fiscal y rompen con el rumbo económico que Javier Milei intenta sostener desde su llegada a la presidencia.

Pero lo que más ruido generó no fue solo la sesión, sino lo que vino después. Villarruel no se quedó callada. Respondió en su cuenta de Instagram con mensajes filosos y claramente dirigidos a Milei:
“Un jubilado no puede esperar y una discapacitada, menos. Que ahorre en viajes y en la SIDE y listo”, disparó.
Y fue más allá: “¿Un presidente que no puede ni saludar a la persona con la que llegó al poder? Hacele el reclamo a él, que yo la educación no la pierdo nunca”.

Esas frases revelan una grieta profunda dentro del gobierno. Mientras el presidente busca recortar gastos para lograr superávit, su vice lo desautoriza públicamente y se posiciona del lado opuesto, coincidiendo —aunque no lo admita— con el kirchnerismo.

Incluso ironizó con que el presidente debió haber elegido como vice a su hermana, Karina Milei, o a Lilia Lemoine: “No sé por qué no puso a la hermana o a la ‘Limones’, que a ustedes les gusta tanto”, dijo, con tono sarcástico.

Esta postura de Villarruel fue leída por muchos en el oficialismo como una traición directa, no solo a Milei, sino también a los votantes que confiaron en un proyecto de cambio. En lugar de proteger el rumbo del gobierno, la vicepresidenta facilitó el avance de propuestas opositoras que, según el Ejecutivo, ponen en riesgo el equilibrio económico.

Y mientras tanto, ella elude responsabilidades: “No sé por qué se ponen así conmigo y no con los responsables”.

Al mismo tiempo, le recrimina al presidente que no le hable ni le comunique decisiones: “Cuando el presidente decida hablar y comportarse adultamente, podré saber cuáles son sus políticas”.