La inseguridad en la provincia de Buenos Aires sigue en aumento, con barrios enteros viviendo con miedo. Mientras tanto, el gobernador Axel Kicillof elige destinar su tiempo a marchas ideológicas en la Ciudad de Buenos Aires en vez de enfrentar los problemas que afectan a los bonaerenses.
Vecinos de distritos como La Matanza, Lomas de Zamora, Quilmes y Moreno denuncian que la situación está fuera de control. Robos a plena luz del día, asesinatos y una falta total de respuestas del gobierno provincial generan un clima de angustia. Sin embargo, en lugar de anunciar un plan para combatir el delito, Kicillof participa en movilizaciones organizadas por sectores afines a su espacio político.
El gobernador fue visto en una manifestación en defensa de los derechos de la comunidad LGBT, a pesar de que el gobierno nacional no ha impulsado ninguna medida en su contra. Esta movilización, convocada por sectores de izquierda, tuvo como foco atacar a la administración de Javier Milei en lugar de discutir políticas concretas.
La contradicción es evidente: mientras miles de bonaerenses sufren la falta de seguridad, Kicillof opta por hacer activismo en la calle en vez de trabajar en soluciones reales. El desinterés por la problemática del delito en la provincia es cada vez más evidente.
Si los derechos de la comunidad LGBT no han sido vulnerados, ¿por qué tanta movilización? La respuesta parece estar más relacionada con la estrategia política del kirchnerismo que con una preocupación real. La intención detrás de estas manifestaciones sería desgastar al gobierno nacional, instalar un clima de conflicto y desviar la atención de los problemas estructurales que afectan a la provincia.
Mientras tanto, los bonaerenses enfrentan día a día una realidad cada vez más peligrosa. Comerciantes que cierran temprano por miedo a los robos, vecinos que evitan salir de noche y un sistema de seguridad que no brinda respuestas efectivas.
El interrogante es inevitable: ¿hasta cuándo Axel Kicillof seguirá priorizando la militancia antes que gobernar? La provincia necesita soluciones urgentes, y los ciudadanos esperan que su gobernador deje de lado las estrategias políticas para enfocarse en lo que realmente importa: la seguridad y el bienestar de la gente.