El control de la hidrovía del Río Paraná, una vía estratégica para el comercio exterior argentino, se ha convertido en un nuevo foco de tensión entre Mauricio Macri y el gobierno liderado por Javier Milei. En el centro del conflicto está la decisión de otorgar la administración a la Agencia Nacional de Puertos y Navegación, dirigida por Luis “Toto” Caputo, una medida que ha generado críticas desde el PRO y aumentado las fricciones entre ambos espacios.
A mediados del año pasado, Macri y Milei habían iniciado un diálogo que prometía acuerdos entre el PRO y La Libertad Avanza (LLA). Sin embargo, esas negociaciones se interrumpieron cuando Macri comenzó a percibir que las decisiones clave del gobierno de Milei pasaban por un “triángulo de hierro” compuesto por la hermana del presidente, Karina Milei, y los consultores Santiago Caputo y Toto Caputo.
La reciente licitación de la hidrovía reavivó las tensiones. Desde el PRO cuestionaron que el proceso, liderado por el abogado Iñaki Arreseygor –un exfuncionario vinculado tanto al gobierno de Macri como al de Vidal–, no incluyera garantías suficientes para fomentar una competencia justa entre las empresas participantes.
La hidrovía del Río Paraná es crucial para la economía nacional, conectando gran parte de la producción agroindustrial con los mercados internacionales. El proceso de licitación, cuyo acto de apertura de sobres está previsto para el 12 de febrero, ha atraído a gigantes como DEME Group, Van Oord y Rohde Nielsen, pero también ha generado quejas y recursos administrativos por parte de estas compañías.
El PRO ve esta situación como un ejemplo de la supuesta falta de transparencia de la administración libertaria, mientras que desde el gobierno insisten en que el proceso está diseñado para maximizar los beneficios para el país.
Las tensiones no se limitan a la hidrovía. La relación entre Macri y Milei también se ha deteriorado por desacuerdos sobre la gestión de la Ciudad de Buenos Aires, liderada por Jorge Macri, y por la falta de apoyo del gobierno libertario a proyectos como la ley de Ficha Limpia.
En el PRO también preocupa la pérdida de electores hacia LLA, una situación que ha llevado a algunos dirigentes a considerar la posibilidad de que Macri se involucre más activamente en la próxima campaña. Mientras tanto, desde el entorno de Milei han respondido con críticas a la gestión de Cambiemos, destacando la supuesta connivencia de la ex AFIP macrista con ciertos sectores empresariales.
Con las elecciones en el horizonte, la falta de entendimiento entre el PRO y LLA podría marcar el rumbo de ambas fuerzas políticas. Las negociaciones entre las cúpulas siguen estancadas, y los encuentros privados entre Macri y los principales asesores de Milei no han dado resultados concretos.
El desenlace de la licitación de la hidrovía será clave para medir la capacidad de gestión del gobierno libertario y podría definir si el PRO decide mantener una postura crítica o buscar nuevos acuerdos en un escenario cada vez más polarizado.