¿Qué buscaban con ese cartel y las bolsas tiradas en la vereda? ¿Fue un mensaje político o algo más? Lo que pasó en la puerta de la casa de José Luis Espert en San Isidro dejó una señal fuerte que todavía está dando vueltas.
En la madrugada del miércoles, al menos seis personas bajaron de una camioneta blanca y dejaron bolsas con excremento frente a la vivienda del diputado. También dejaron un cartel casero con una frase ofensiva directamente dirigida a él. El mensaje decía: “Acá vive la m***** de Espert”.
Según el propio Espert, la Policía Federal trabajó en el lugar hasta las 4 de la mañana, recolectando pruebas para lo que ya es una denuncia penal. “Dormimos poco, pero estamos bien. La investigación fue muy exhaustiva. Agradezco al presidente Javier Milei y a la ministra Patricia Bullrich por el respaldo”, dijo.
El diputado habló de una escalada de tensión que, para él, no es casual. “Esto no es un hecho aislado. Así empezaron los ‘70, con ataques, con miedo. Pero no nos van a correr”, lanzó en diálogo con Radio Mitre.
Para Espert, detrás del ataque hay un clima de “resistencia violenta” que, según él, promueven sectores del kirchnerismo. Apuntó directamente contra figuras como Estela de Carlotto y el padre Paco, por sus declaraciones sobre la situación actual.
“¿Resistirse a qué? ¿A que Cristina esté presa? Ya está presa, chicos. Que lo asuman. Esto que hacen es delito contra la Constitución”, expresó. En su opinión, lo que pasó en su casa es parte de una estrategia para reinstalar la lógica del miedo.
“La jefa de ellos fue una delincuente que nos robó millones, según dijo la Justicia. Pero con nosotros no van a poder. El país tiene que volver a una nueva normalidad, sin miedo, sin violencia”, sostuvo.
El ataque no solo fue un acto de vandalización, también fue una advertencia simbólica. “Fue un intento de intimidarnos. Pero no les va a salir. Si esto es el comienzo de algo, como empezó la violencia en los ‘70, se equivocaron de época”, advirtió Espert.
Para el legislador liberal, la democracia se defiende con leyes, no con actos mafiosos. “Esto no puede ser normal. La gente tiene miedo de opinar, de mandar a sus hijos a la escuela, de ir a laburar. Se acabó”, sentenció.
Las cámaras registraron todo. La denuncia ya está hecha. Ahora, lo que muchos se preguntan es si este hecho va a marcar un punto de quiebre o si quedará en una provocación más. Lo cierto es que Espert no piensa dar un paso atrás.