Durante la mayor parte de la jornada de la marcha del 20 de diciembre, los manifestantes avanzaron hacia Plaza de Mayo sin interrumpir el tránsito ni bloquear calles. Sin embargo, minutos después de las 16, cuando las columnas de Unidad Piquetera se aproximaron a Casa Rosada, se produjeron enfrentamientos y golpes de puño entre manifestantes y fuerzas de seguridad.

A pesar de la orden del Ministerio de Seguridad de mantener las vías de circulación liberadas, se registraron disturbios en las arterias de acceso a Casa Rosada, Diagonal Norte y Diagonal Sur. Dos personas fueron detenidas como resultado de los altercados. En Diagonal Norte y Maipú, un manifestante apuñaló en el brazo a un policía, resultando en la detención del agresor. El segundo arresto se llevó a cabo en Diagonal Sur por disturbios y agresión durante la manifestación.

Los enfrentamientos y detenciones marcaron un quiebre en la dinámica inicial de la marcha, que hasta entonces se había desarrollado mayormente de manera pacífica y sin interrupciones en el tráfico. La tensión entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad evidenció la complejidad de gestionar eventos masivos en medio de un contexto social y político polarizado.