¿Sabías que mientras el Hospital Garrahan atraviesa una grave crisis financiera, el gobierno de Kicillof destina billones de pesos a otras áreas? Esta contradicción no para de generar controversia y tiene a muchos preguntándose: ¿qué pasa realmente con el presupuesto de salud en la provincia?
En plena controversia por el financiamiento de la salud pública, Axel Kicillof destinó más de 1,4 billón de pesos este año a políticas de género. Sin embargo, este monto contrasta fuertemente con la deuda millonaria que mantiene con hospitales clave, como el prestigioso Hospital Garrahan.
El Garrahan, un centro pediátrico de referencia nacional, enfrenta una crisis compleja. Le falta personal, insumos y, para colmo, la obra social provincial IOMA —controlada por el gobierno de Kicillof— le debe más de 4.000 millones de pesos. Esta deuda pone en riesgo la atención de miles de niños que dependen del hospital.
Por otro lado, los hospitales de gestión compartida entre Nación y Provincia no están mejor. Según el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, el gobierno bonaerense adeuda 149 mil millones de pesos a cinco hospitales ubicados en la tercera sección electoral, una zona donde la salud pública es vital para la comunidad.
Esta situación revela una grave contradicción. Mientras el discurso oficial del kirchnerismo habla de defensa de la salud pública, en los hechos prioriza una agenda ideológica que “despilfarra dinero” en políticas que poco aportan a mejorar el sistema sanitario.
Los reclamos del Hospital Garrahan no son nuevos. Desde hace años, denuncia la falta de recursos básicos para funcionar. La deuda de IOMA agrava esta crisis y pone en duda el compromiso real del gobierno de Kicillof con la salud.
En cambio, la inversión en políticas de género y otras áreas ideológicas consume recursos millonarios que, para muchos, deberían estar destinados a reforzar hospitales públicos y garantizar atención médica de calidad para todos.
Esta contradicción genera un fuerte debate: ¿puede el gobierno seguir justificando estos gastos mientras el sistema sanitario se cae a pedazos? ¿O es hora de que se priorice la salud y se paguen las deudas que hoy ponen en jaque al Hospital Garrahan y otros centros esenciales?
La historia no termina acá. Los bonaerenses esperan respuestas claras y acciones concretas para que la salud deje de ser un problema y se convierta en una prioridad real.