La característica principal el inicio de este largo y glorioso día electoral en la Argentina, fue lo temprano que votaron casi todos los candidatos presidenciales.
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A las 8 pasaditas llegó Sergio Massa a la escuela de Tigre donde vota siempre, acompañado por su esposa y candidata a intendenta de ese municipio, Malena Galmarini.
Luego votaron Horacio Rodríguez Larreta en CABA con un gran despliegue y Schiaretti en Córdoba, con su típica campera roja de cábala. Luego Patricia Bullrich en su ámbito natura, La Rural, a quién se le rompió la máquina de votación electrónica porteña (ver abajo) y por último Javier Milei, que debió sortear un enjambre de pibes desesperados por una foto con "político star".
Massa: "La gente esta votando con tranquilidad y confianza"
? Es importante que la gente vaya a votar, en paz y con tranquilidad, que participe y que tengamos la oportunidad a lo largo de todo el país de escuchar lo que la gente nos va diciendo en la urna.
? Quiero agradecerles a todos los que a lo largo y a lo ancho del país están siendo autoridades de mesa, fiscales, fuerzas de seguridad, que de alguna manera están permitiendo poner en marcha la votación en un día tan importante.
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En medio de un clima de alta expectación y con los reflectores apuntando directamente a la contienda interna entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de 2023, se suscitó un incidente de relevancia en la jornada electoral. La emisión del voto de Patricia Bullrich, una de las figuras centrales del PRO, estuvo marcada por dificultades técnicas que generaron comentarios y análisis en diversos ámbitos políticos y mediáticos.
La líder del PRO, rodeada por un enjambre de periodistas y cámaras que aguardaban ansiosos el momento de sufragio, compartió sus impresiones iniciales: "Me siento contenta por haber logrado emitir mi voto, sin embargo, debo cuestionar el funcionamiento de la Boleta Única Electrónica (BUE)", expresó Bullrich.
La crítica de la dirigente se centró en el desafío que enfrentó al intentar ejercer su derecho al voto, ya que la máquina experimentó problemas técnicos en hasta siete ocasiones, lo que prolongó el proceso y generó un visible malestar.
El episodio, que transcurrió frente a las cámaras y con la mirada de la opinión pública posada sobre ella, se extendió por un lapso de aproximadamente 10 minutos. Durante ese tiempo, Bullrich se vio compelida a lidiar con la máquina de votación electrónica, que no respondía de manera adecuada a sus elecciones.
En medio de este incidente, la líder política buscó mantener la calma y perseverar en su intento de emitir su voto. Su determinación se hizo patente cuando, tras superar los obstáculos técnicos, su expresión seria dio paso a una sonrisa triunfal que culminó con un enérgico gesto de puño en alto, simbolizando, a su manera, una suerte de "victoria" sobre las adversidades tecnológicas.
Este acontecimiento no pasó desapercibido en la escena política, donde diversos actores emitieron opiniones y análisis al respecto. Algunos sostuvieron que este tipo de incidentes ponen de relieve la necesidad de revisar y perfeccionar los sistemas electorales electrónicos antes de su implementación a gran escala. La experiencia de Bullrich, una figura emblemática en la política argentina, subraya la importancia de garantizar la eficiencia y confiabilidad de estas tecnologías en el contexto de un proceso electoral.
La jornada de las PASO 2023 continuó su curso, pero el incidente en la emisión del voto de Patricia Bullrich se mantuvo como tema de conversación en los corrillos políticos y mediáticos, aportando a la reflexión sobre los desafíos y posibilidades que plantea la incorporación de herramientas electrónicas en el ejercicio democrático argentino.
