Durante el cierre de la CPAC Argentina, Javier Milei salió al cruce de la controversia generada por las declaraciones de Daniel “El Gordo Dan” Parisini, quien presentó a “Las Fuerzas del Cielo” como el “brazo armado” de La Libertad Avanza. Según Milei, la frase fue sacada de contexto por los medios, a los que acusó de "miserables" y de actuar con "deshonestidad intelectual".

El mandatario explicó que Parisini hacía referencia a los teléfonos celulares como el "arma más poderosa de la humanidad", pero esa parte de la frase fue omitida intencionalmente. “Los medios tomaron la frase, la cortaron y nos compararon con los grupos armados de los años 70”, señaló indignado.

Milei no solo defendió a Parisini, sino que también anunció que participará en el streaming del influencer, llamado La Misa . En su discurso, amplió sus críticas más allá de los periodistas, apuntando contra empresarios, políticos y profesionales que, según él, forman parte de la “casta corrupta” que manipula la opinión pública.

El trasfondo de esta polémica revela un juego de narrativas en el que la descontextualización es utilizada como arma política. Mientras el oficialismo busca consolidar su discurso de batalla cultural contra la izquierda, el manejo de estas controversias exponen las tensiones crecientes entre el gobierno de Milei y el periodismo crítico.

La pregunta de fondo no es solo si la frase fue tergiversada, sino cómo el gobierno y sus aliados utilizan estas situaciones para alimentar su narrativa. En un país dividido, estas acusaciones de manipulación mediática refuerzan las trincheras ideológicas, dejando poco espacio para el debate genuino.