Lo llamó de nuevo. En medio de un conflicto creciente entre Israel e Irán, el presidente Javier Milei tuvo una conversación clave con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Pero, ¿qué se dijeron? ¿Qué gana Argentina con esta relación tan cercana? Y sobre todo: ¿qué puede pasar si el conflicto escala aún más?
La charla no fue casual ni social. Llegó después de la visita oficial de Milei a Israel, donde firmó acuerdos estratégicos, propuso mudar la embajada argentina a Jerusalén y participó de rituales con alto valor simbólico junto al propio Netanyahu. Esta nueva llamada confirmó algo que desde Casa Rosada ya no disimulan: hay una alianza firme y cada vez más pública entre ambos gobiernos.
Durante el llamado, Milei le expresó a Netanyahu su respaldo ante los recientes ataques de Irán, que lanzó misiles sobre Tel Aviv tras recibir ofensivas aéreas israelíes. El mandatario israelí, a su vez, agradeció la visita de Milei y compartió detalles sobre la operación militar conocida como “León Ascendente”, con la que abatieron a más de 20 comandantes iraníes.
Esto no es sólo geopolítica. Desde el entorno de Milei, aseguran que Argentina quiere estar “del lado correcto de la historia” y por eso apoya abiertamente a Israel, incluso con un mensaje institucional que condenó al régimen iraní. Ese comunicado también repudió que el general Ahmad Vahidi, acusado por el atentado a la AMIA, fuera designado en un cargo militar clave en Irán.
Más allá de la política internacional, lo que está pasando también puede afectar a nuestro país. La decisión de Milei de mover la embajada a Jerusalén, el acuerdo contra el terrorismo y el nuevo vuelo directo entre Buenos Aires y Tel Aviv marcan un giro fuerte en la diplomacia argentina. No es solo una amistad; es una alianza con consecuencias concretas.
Por otro lado, el rol que juega Argentina en medio de una posible guerra en Medio Oriente plantea preguntas: ¿habrá costos comerciales? ¿Habrá riesgos para la seguridad nacional? Por ahora, desde el gobierno apuestan a que esta alianza sirva para abrir puertas económicas y reforzar la imagen de Milei como un líder con convicciones claras en política exterior.
El conflicto sigue. Netanyahu insiste en que no hay margen para negociar con Irán, mientras Estados Unidos intenta abrir canales de diálogo a través de Qatar y Omán. Sin embargo, los ataques aéreos israelíes ya dañaron centrales nucleares iraníes y, según el argentino Rafael Grossi, director del OIEA, Irán tiene material suficiente para construir hasta ocho bombas atómicas.
La tensión no afloja. Y la pregunta que queda abierta es: ¿hasta dónde está dispuesto a llegar Milei en este alineamiento con Netanyahu?
Esa respuesta, todavía, está en desarrollo. Pero lo que está claro es que Argentina ya eligió su lugar en el mapa.
