La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) volvió a prender las alarmas por algo que, según la entidad, ya dejó de ser un conjunto de hechos sueltos. Hablan de una “escalada intimidatoria” que estaría siendo impulsada por figuras centrales del fútbol argentino, como Claudio “Chiqui” Tapia, Pablo Toviggino y abogados cercanos a la dirigencia. ¿El objetivo? Según ADEPA, desalentar investigaciones y empujar a los periodistas a la autocensura mediante amenazas, cartas documento, pedidos extrajudiciales y campañas coordinadas en redes.
En su comunicado, ADEPA explicó que en las últimas semanas se multiplicaron las presiones contra periodistas que abordaron temas considerados de interés público. La entidad comparó estas maniobras con las llamadas SLAPPs: litigios abusivos diseñados para desgastar económicamente y frenar voces críticas. No se trata solo de ir a la Justicia: también hay hostigamiento digital, exposiciones mediáticas y advertencias privadas que buscan generar miedo.

Entre los comunicadores mencionados aparecen nombres conocidos como Alejandro Alfie, Esteban Trebucq, Jonatan Viale, María O’Donnell y Mario Pergolini. ADEPA asegura que todos ellos recibieron algún tipo de presión por investigar asuntos vinculados al manejo de la AFA. Para la entidad, estas acciones no solo buscan incomodar a quienes ya están investigando: también funcionan como mensaje para el resto del periodismo, marcando hasta dónde conviene “meterse”.
ADEPA remarcó que la libertad de expresión es un pilar democrático y que el derecho de la ciudadanía a estar informada depende de que los periodistas trabajen sin persecuciones ni litigios dirigidos a disciplinarlos. Por eso pidió que se garantice que las investigaciones puedan seguir sin interferencias y que se frene el uso de la vía judicial como forma de intimidación.
La advertencia llega en un contexto caliente. En las últimas semanas se hicieron públicas diferentes denuncias sobre la dirigencia deportiva, como el helipuerto no habilitado en la mansión atribuida a Tapia y Toviggino, o las inconsistencias detectadas por la Inspección General de Justicia en balances de la AFA. Para ADEPA, la reacción agresiva contra quienes informan sobre estos temas muestra un patrón creciente de intolerancia a la transparencia.
Con este panorama, ADEPA llamó a las autoridades a asegurar un escenario donde la prensa pueda investigar sin temor a represalias. Cerró su comunicado con una frase contundente: una democracia fuerte necesita periodistas libres, no dirigentes molestos por el escrutinio público.