El 26 de diciembre, Evo Morales, exmandatario de Bolivia, publicó un controvertido mensaje en su cuenta oficial de X (antes Twitter) conmemorando el nacimiento de Mao Zedong, líder del Partido Comunista Chino. En su mensaje, Morales destacó: “Un día como hoy nació Mao Tse Tung (26 de diciembre 1893), su compromiso con el pueblo, su lucha permanente, fue la semilla de lo que hoy es La República Popular China, una potencia mundial”.
Sin embargo, detras de estas palabras, la historia muestra un panorama mucho más sombrío. Mao Zedong no solo lideró la Revolución China, también fue responsable de uno de los regímenes más brutales y sanguinarios de la historia moderna. Durante su mandato, 70 millones de chinos perdieron la vida debido a una combinación de hambrunas, purgas ideológicas y desastrosas políticas económicas.
Entre 1958 y 1962, Mao Zedong implementó el "Gran Salto Adelante", una política destinada a transformar a China en una potencia industrial. Este plan falló catastróficamente, llevando a la mayor hambruna registrada en la historia de la humanidad. Las estimaciones indican que entre 15 y 45 millones de personas murieron debido a la falta de alimentos y las condiciones de trabajo extremas en las comunas agrícolas. Durante este periodo, el gobierno de Mao desestimó las advertencias sobre la crisis, priorizando la ideología sobre las vidas humanas.
En 1966, Mao Zedong lanzó la "Revolución Cultural" con el objetivo de consolidar su poder y eliminar a sus oponentes políticos. Este movimiento causó estragos en la sociedad china, llevando a la ejecución de miles de personas, la persecución de millones más y el desmantelamiento de instituciones culturales y educativas. Intelectuales, profesores y artistas fueron vilmente perseguidos, mientras el miedo se apoderaba de una nación entera.
Bajo la sanguinaria dictadura comunista, el pueblo chino vivió en un estado constante de opresión. La figura de Mao Zedong, lejos de ser un héroe revolucionario, representa el sacrificio de millones de vidas en nombre de una ideología que nunca cumplió sus promesas. Hoy, el legado de Mao sigue siendo un tema de controversia tanto dentro como fuera de China.
Las declaraciones de Evo Morales, quien expresó su intención de "adoptar el modelo" de China en Bolivia, generan preocupación. Celebrar a un líder cuya historia está marcada por la muerte y el sufrimiento de millones pone en duda su comprensión del costo humano de tales regímenes. Además, al alinear su pensamiento con el de Mao Zedong, Morales envía un mensaje inquietante sobre el tipo de gobierno que aspira para su país.
La historia de 70 millones de chinos que perdieron la vida bajo el mandato de Mao Zedong debe ser recordada como una advertencia sobre los peligros de los regímenes autoritarios. Exaltar a figuras como Mao solo perpetúa la desinformación y deshonra a las víctimas de uno de los episodios más oscuros de la humanidad.
