¿Sabías que Argentina acaba de anunciar su salida de la Organización Mundial de la Salud (OMS)? Esta medida, promovida por el gobierno de Javier Milei, genera incertidumbre sobre el futuro de la salud pública en el país. Pero, ¿por qué tomó esta decisión? Y, sobre todo, ¿qué significa para los argentinos? Te contamos todos los detalles.
El gobierno de Milei argumenta que la OMS no ha logrado soluciones efectivas para la salud global, e incluso cuestiona la influencia política dentro de sus decisiones. Según el vocero presidencial, la salida del organismo es una forma de recuperar la soberanía argentina, particularmente en lo que respecta a las políticas de salud. "Los argentinos no vamos a permitir que un organismo internacional intervenga en nuestra soberanía", afirmó.
La decisión no solo sigue una línea similar a la que tomó el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien también retiró a su país de la OMS. Además, se trata de la primera medida de una serie de desvinculaciones de organismos internacionales que el gobierno de Milei está evaluando, como el Acuerdo de París, que también es rechazado por el presidente por su enfoque en la “agenda verde”.
Otro de los puntos clave que justifican la salida de la OMS es el alto costo de la membresía para Argentina. Según el gobierno, mantener esta membresía implica un gasto de alrededor de 10 millones de dólares anuales, sin contar los gastos adicionales de personal y asesores. En un contexto de ajuste fiscal, Milei considera que este dinero podría destinarse a otras áreas más prioritarias para el país.
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) February 5, 2025
La relación entre Argentina y la OMS ya era tensa desde antes. Durante la pandemia de COVID-19, Milei fue un crítico feroz de las medidas de aislamiento promovidas por el organismo, llegando a calificar la cuarentena como un “delito de lesa humanidad”. Esta postura quedó reflejada en su libro Pandemonics, donde cuestionó el manejo de la crisis sanitaria a nivel global.
La relación se volvió aún más tensa cuando Argentina decidió no firmar el acuerdo de pandemias impulsado por la OMS en julio pasado. En esa ocasión, el vocero presidencial, Manuel Adorni, dejó en claro la postura del gobierno: "Argentina no va a adherir al acuerdo de pandemia de la OMS. No vamos a suscribir a ningún tratado que pueda afectar nuestra soberanía".
La salida de la OMS y la posible desvinculación de otros organismos internacionales puede marcar un antes y un después en la política exterior y sanitaria de Argentina. Sin embargo, aún no está claro cómo afectará a la atención sanitaria y la respuesta ante emergencias. En este contexto, será crucial ver cómo el gobierno de Milei planea abordar estos desafíos.
Lo que está claro es que esta decisión refleja la postura de Argentina ante la globalización de la salud y la política internacional. A medida que avanza en este proceso, será interesante observar cómo se adaptan los sistemas de salud a nivel nacional.
La salida de la OMS es solo el principio de una serie de decisiones estratégicas que el gobierno de Milei tendrá que manejar con cautela para proteger los intereses de Argentina y, al mismo tiempo, mantener su reputación en el ámbito internacional.
