En un editorial reciente, The Economist analizó el rumbo económico impulsado por Javier Milei, destacando que la Argentina “nunca estuvo tan cerca de convertirse en una economía normal”. Pero, ¿es este el principio de una verdadera transformación económica o solo un cambio temporal?
The Economist subrayó que, a pesar de las dificultades heredadas, el gobierno de Milei ha logrado avances significativos en diversas áreas clave. La reducción del gasto público, el control de la inflación y las medidas para estabilizar el tipo de cambio son algunos de los logros destacados. Además, la relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha mejorado tras el reciente acuerdo alcanzado, lo que brinda cierto aire de esperanza en medio de la incertidumbre.
El análisis comienza con una evaluación de la situación económica heredada: alto gasto público, inflación descontrolada y un sistema de controles cambiarios que ahogaba la economía. Sin embargo, Milei ha logrado reducir el gasto, controlar la inflación y dar señales de crecimiento, a pesar de que el país aún enfrenta una profunda recesión. Según The Economist, la tasa de pobreza ha bajado del 53% al 38% desde que Milei asumió el poder, lo que muestra una mejora significativa.
Lo que parecía un desafío insuperable para Argentina, los fracasos pasados con el Fondo Monetario Internacional, podría ser diferente esta vez. The Economist señala que, a pesar del historial negativo de acuerdos anteriores, la postura de Milei genera un grado de credibilidad por su enfoque radicalmente diferente al de sus predecesores.
Una de las medidas más importantes fue la firma de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que incluye un desembolso inicial de 12 millones de dólares. Esto permitirá al Banco Central de Argentina tener mayor flexibilidad en su régimen cambiario. Sin embargo, esta estrategia no está exenta de riesgos: la caída del peso frente al dólar del 12% es una señal de advertencia de que los mercados podrían estar reaccionando de manera cautelosa.
A pesar de esto, los bonos argentinos en dólares han subido un 3%, lo que sugiere que algunos inversores consideran positivo este cambio. Milei espera que, con el tiempo, el país pueda acumular reservas propias y, a partir de 2026, pueda emitir deuda en los mercados internacionales, alejándose de la dependencia del FMI.
El contexto global también juega un papel crucial en la estrategia económica de Milei. La guerra comercial impulsada por Donald Trump y la caída de los precios del petróleo y productos agrícolas afectan directamente a las exportaciones argentinas. Estos factores pueden dificultar la acumulación de reservas y complicar aún más el panorama económico.
Por otro lado, la reciente visita del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, es vista como un respaldo al plan económico de Milei. Sin embargo, el apoyo interno sigue siendo un desafío. Con una aprobación del 45%, inferior a la registrada a principios de año, Milei enfrenta la incertidumbre política dentro de su coalición y el riesgo de un avance del peronismo en las próximas elecciones.
The Economist concluye que, a pesar de los obstáculos, Javier Milei está más cerca que nunca de lograr una transformación económica significativa en Argentina. Aunque el camino es incierto, los avances hasta ahora brindan una base sobre la cual seguir construyendo.
En resumen, el futuro económico de Argentina dependerá de la capacidad del gobierno de Milei para sostener sus reformas estructurales y navegar los desafíos internos y externos que se presentan. Solo el tiempo dirá si este es el cambio real que la Argentina necesita.
