¿Por qué este crimen estuvo en la sombra durante décadas? Esa es la pregunta que muchos se hacen al conocer la historia de Humberto Antonio Viola y su familia. Ahora, con una decisión sin precedentes, el gobierno de Javier Milei pone sobre la mesa un reclamo histórico que había sido ignorado por administraciones anteriores.
El presidente reconoció oficialmente el atentado del 1° de diciembre de 1974 como un crimen de lesa humanidad, marcando un quiebre con la postura del kirchnerismo. La decisión se anunció en el marco de un acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), lo que refuerza su validez a nivel internacional.
Aquel día, en San Miguel de Tucumán, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) emboscó a Humberto Viola, su esposa María Cristina Picón (embarazada de cinco meses) y sus dos hijas, María Fernanda y María Cristina, de cinco y tres años respectivamente.
El ataque fue brutal: Humberto Viola y su hija María Cristina murieron en el acto. María Fernanda sobrevivió con heridas graves tras recibir un disparo en la cabeza. Durante años, la familia luchó por justicia, mientras los responsables quedaban impunes bajo un blindaje político.
La administración de Alberto Fernández se negó a reconocer el ataque como un crimen de lesa humanidad, argumentando que solo los delitos cometidos por el Estado pueden tener esa categoría. Sin embargo, el fallo de Milei reabre el debate: si el ERP actuó como un grupo beligerante en un conflicto armado interno, sus crímenes también deben ser considerados de lesa humanidad.
En su carta titulada "Cincuenta años de impunidad", María Fernanda Viola, la hija sobreviviente, celebró la decisión del gobierno actual. “El reconocimiento de este crimen es un acto de justicia, pero también una reparación histórica que hemos esperado durante años”, afirmó.
Además, apuntó contra los gobiernos anteriores: "Vimos cómo los distintos poderes del Estado blindaban con un manto de impunidad a los responsables de estos crímenes".
Incluso citó a Héctor Leis, exintegrante de Montoneros, quien en su libro "Testamento de los años 70" reconoció que la revolución pretendida por estos grupos hubiera necesitado 500.000 víctimas para triunfar.
Este reconocimiento no solo busca hacer justicia para la familia Viola, sino también abrir el debate sobre otros crímenes cometidos por organizaciones armadas durante los '70. El gobierno de Milei marca un punto de inflexión en la historia de los derechos humanos en Argentina.
¿Qué otros casos seguirán este camino?
