El peronismo enfrenta el balotaje con incertidumbre, proyectando un resultado ajustado a nivel nacional. Con datos de Unión por la Patria (UP), esperan una victoria por mínima diferencia, apostando a la consolidación del escrutinio provisorio para definir el desenlace. En los principales distritos, Córdoba y Mendoza presentan desafíos, con un rechazo marcado al kirchnerismo.

En Córdoba, el peronismo apunta a superar el techo del 30% para reducir la brecha, mientras que en Mendoza buscan alcanzar un techo del 30% ante la fortaleza de La Libertad Avanza (LLA). En Santa Fe, la pelea será más reñida, esperando mantener la diferencia ajustada, y en Buenos Aires, el objetivo es crecer un 10% y alcanzar el 55%.

A pesar de la neutralidad de Juan Schiaretti en Córdoba y la complicada situación en Mendoza, el conurbano bonaerense se vislumbra como la clave para un posible triunfo nacional. La falta de elecciones distritales no preocupa al oficialismo, la militancia trabaja para compensar las derrotas en otras provincias.

Finalmente, en la Ciudad de Buenos Aires, se proyecta una mejora respecto a las elecciones generales, apuntando al voto radical y al rechazo a posturas intransigentes como la de Milei. Sergio Massa cerró la campaña con cercanía, sumando gestos políticos en las horas finales. La conclusión en el peronismo es clara: el balotaje será extremadamente reñido.