El Papa Francisco anunció una serie de recortes salariales y nuevas reformas en la Curia Romana para reducir el creciente déficit financiero de la Santa Sede, que alcanzó los 83 millones de euros en 2023. Entre las primeras acciones, a partir de noviembre, se eliminarán los bonos de secretaría y asignación de oficina que los cardenales percibían mensualmente, comunicó Maximino Caballero Ledo, prefecto de Economía, en una carta publicada por medios italianos.

En la misiva, el Papa subrayó la necesidad de una administración rigurosa de los limitados recursos de la Iglesia, instando a los cardenales y demás miembros de la Curia a colaborar de manera solidaria y proactiva. Además, se informó que las entidades eclesiásticas con superávit deberán contribuir a mitigar el déficit general, siguiendo un modelo de “solidaridad de las buenas familias”, en el que los miembros con mejor situación económica ayudan a los más necesitados.

Las reformas, que también incluyen una gestión transparente de los recursos y la búsqueda de fondos externos, responden a la disminución de donaciones y al aumento de gastos de la Iglesia. En este marco, el pontífice exhortó a evitar gastos superfluos y a establecer prioridades, para que el objetivo de “déficit cero” sea una meta alcanzable.

El Papa finalizó el mensaje invitando a los líderes de la Iglesia a actuar con valentía y generosidad en el proceso de reforma, insistiendo en la importancia de la cooperación y la lealtad para el bien común de la Iglesia.