El radicalismo en crisis: la "peluca mileísta" gana terreno en Río Negro
La incursión de Javier Milei en la política argentina no solo polariza a la ciudadanía, sino que ahora también provoca fracturas al interior de la Unión Cívica Radical (UCR). Los cinco diputados de este partido que apoyaron sus vetos presidenciales ya habían generado controversia, ganándose el mote de los “diputados con peluca”. Sin embargo, el radicalismo enfrenta ahora un conflicto más profundo con la incorporación de Marcelo Román, intendente de Allen, Río Negro, como vicepresidente de La Libertad Avanza en su provincia. Este paso representa un desafío directo al partido centenario, que ya solicitó su desafío.
Román, quien ganó la intendencia bajo la bandera radical en abril de 2023, parece haber encontrado en La Libertad Avanza una nueva identidad política, apoyado por figuras como la diputada nacional Lorena Villaverde y el respaldo de Karina Milei en su expansión nacional. En una movida que ha sorprendido tanto a los radicales como a otros actores políticos, Román asegura que la falta de apoyo de sus correligionarios fue decisiva para su alejamiento: "Duele más el dardo del enemigo de adentro que el de afuera", afirmó en una entrevista reciente, en una crítica velada a la directiva de la UCR.
Por su parte, la UCR de Río Negro, encabezada por figuras como Agustina Madariaga, no tarda en responder. Madariaga señala que la adhesión a La Libertad Avanza es incompatible con los valores de un partido que históricamente defendió los derechos de trabajadores, estudiantes y jubilados. Las diferencias ideológicas son notorias: mientras la UCR insiste en su tradición progresista y social, Román y los llamados "libertarios" se alinean con una agenda de corte más conservadora y de libre mercado.
A medida que Román fortalece su relación con La Libertad Avanza, incluso con la reciente visita de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, quien anunció la instalación de un nuevo destacamento de Gendarmería en la región, la disputa interna de la UCR se agudiza. La decisión de Román no solo es un golpe a la unidad partidaria, sino que podría marcar el inicio de un éxodo de otros municipios radicales hacia el libertarismo en Río Negro, donde ocho intendentes más estarían considerando seguir sus pasos.
Este giro plantea un dilema para el radicalismo argentino: ¿cómo enfrentar a un movimiento que no solo desafía su cohesión interna, sino que representa una amenaza a su rol tradicional en la política nacional?