Tras las elecciones generales en la provincia de Buenos Aires, el mapa político experimentó un cambio drástico en comparación con los resultados de las PASO. En agosto, Juntos por el Cambio lideraba en 71 municipios, pero en las generales ganaron en 47, perdiendo el control de 24 distritos. La fuerza oficialista, Unión por la Patria, por su parte, logró consolidarse al obtener 84 intendencias, 12 más que en las PASO.
Los resultados reflejan una mejora significativa para Unión por la Patria, que había ganado en pocos municipios durante las PASO y ahora gobernará en 84 distritos. Esta tendencia marcó un cambio notable en el panorama político bonaerense.
En algunos municipios, el escrutinio provisorio no definió claramente al ganador, lo que llevará al recuento definitivo. Ejemplos de esto incluyen Pinamar, donde Juntos por el Cambio ganó por apenas 67 votos, o 25 de Mayo, decidido por 155 boletas. En La Plata, la diferencia se mantuvo en alrededor de 856 votos en favor de Julio Alak, de UP.
La Libertad Avanza, liderada por Javier Milei, no ganó ninguna intendencia en las PASO, pero había triunfado en Bahía Blanca. Sin embargo, los resultados de las elecciones generales revirtieron esta situación, y Bahía Blanca pasó a manos de Unión por la Patria. De esta manera, La Libertad Avanza continúa sin ocupar ningún cargo ejecutivo municipal (no metió ni un intendente de los 135 que se elegían).
Finalmente, las fuerzas vecinalistas de la provincia de Buenos Aires retuvieron las cuatro intendencias en juego. Los alcaldes independientes seguirán gestionando Chivilcoy, Villarino, Necochea y Saavedra.
El panorama político en la provincia de Buenos Aires se ha transformado sustancialmente, y estas elecciones generales marcan un hito en la distribución del poder en la región.