¿Qué va a pasar con organismos como SENASA, ANMAT o el INTA? Aunque todavía no hay una lista oficial completa, desde el Gobierno ya dieron señales claras: se vienen semanas de recortes fuertes en áreas clave como salud, economía y transporte. Y no es solo un ajuste más: es parte del plan de transformación del Estado que impulsa el presidente Javier Milei y que ahora lidera Federico Sturzenegger.
¿Por qué esto te importa aunque no trabajes en el Estado? Porque el impacto puede sentirse en trámites cotidianos, controles sanitarios, impuestos y hasta en los precios del transporte o los medicamentos. Seguí leyendo, porque esto recién arranca y hay mucho en juego.
Según explicó el ministro Sturzenegger, muchos de estos organismos fueron creados con la idea de tener ingresos propios. ¿El problema? Eso generó “burocracia artificial”, con trámites que suman costos sin mejorar servicios. El nuevo plan busca centralizar funciones, sacar estructuras duplicadas y “limpiar” procesos innecesarios.
Entre los organismos que están bajo revisión se encuentran:
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA)
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT)
La Aduana
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)
Uno de los argumentos fuertes para intervenir el INTA, por ejemplo, es que consume una parte importante de lo recaudado por retenciones al maíz. Según Sturzenegger, ese gasto no se justifica con los resultados actuales.
Desde el costado económico, los números que muestra el Gobierno son grandes: ya se habla de un ahorro de US$2.000 millones por año y la salida de unos 47.000 empleados públicos. Para Sturzenegger, este recorte es clave para bajar la presión impositiva sobre la población y ordenar las cuentas del Estado.
Pero esta no es una medida aislada. Forma parte de un proceso que ya avanzó sobre más de una decena de organismos culturales, cuyas funciones ahora quedaron bajo la órbita de la Secretaría de Cultura del Ministerio de Capital Humano. En resumen: menos estructuras, más control central.
En este contexto, entender cómo avanzan las reformas del Estado es clave para anticipar sus efectos sobre la economía, la salud y el transporte. Y si bien todavía hay muchas definiciones pendientes, una cosa está clara: el Estado argentino está entrando en una nueva etapa, más chica y más controlada desde arriba.
La gran pregunta que queda abierta es: ¿hasta dónde van a llegar los recortes y cómo van a afectar el día a día de quienes dependen de estos servicios? En las próximas semanas se empiezan a definir las respuestas.
