Innovación educativa sin repeticiones, hacia un aprendizaje significativo y transformador
Rebeca Anijovich, una de las figuras más influyentes en la educación argentina, dirige el Profesorado Universitario de la Universidad de San Andrés y actúa como asesora pedagógica en escuelas de Brasil, Perú y Uruguay. Ha escrito numerosos libros, entre los que se destacan Estrategias de enseñanza (Aique), La evaluación significativa (Paidós), Las prácticas como eje de la formación docente (Eudeba), Transitar la formación pedagógica (Tilde) y Planificar la enseñanza. Tramas y alternativas (Grupo Magro Editores).
Anijovich ha centrado gran parte de su carrera en la enseñanza en aulas heterogéneas, abordando la diversidad de los alumnos con diferentes estilos y ritmos de aprendizaje. Recientemente, fue invitada por Ticmas para dar su opinión sobre la propuesta de eliminar la repitencia en la educación secundaria, un tema que ha generado un amplio debate entre intelectuales y expertos en educación como Guillermina Tiramonti, Gustavo Zorzoli, Emilio Tenti Fanfani y Paola Delbosco.
“Repetir nunca es una buena solución, por diversas razones”, afirmó Anijovich. “El debate se ha enfocado de manera incorrecta. Se presenta la idea de eliminar la repitencia como una medida que baja el compromiso educativo y promueve el facilismo, pero no es así”.
Para Anijovich, la repitencia no garantiza una mejora en el aprendizaje. “Volver a cursar lo mismo no asegura que el estudiante aprenda mejor. Hoy aprendemos investigando, estableciendo relaciones y conectándonos con el mundo real. Repetir no tiene ningún impacto positivo. Además, etiquetar a un alumno como ‘el repetidor’ afecta su autoestima y aprendizaje. Históricamente, la repitencia se ha asociado con el fracaso y centrarse en lo que no se puede hacer nunca contribuye a mejorar el aprendizaje”, argumentó.
Anijovich considera que hay propuestas valiosas que deben ser analizadas cuidadosamente. “Es crucial estudiar la factibilidad de estas propuestas, no solo en términos de implementación escolar, sino también en la formación de docentes. Estas estrategias deberían aplicarse a todos los alumnos, no solo a aquellos que no aprueban. Desde tutorías entre pares hasta vinculación con el mundo real, hay una gran variedad de enfoques. La clave está en cambiar la percepción de las familias, docentes y estudiantes”, explicó.
“La eliminación de la repitencia no es facilismo”, enfatizó Anijovich. “Se trata de cambiar la etiqueta del estudiante de alguien que no sabe a alguien que aprenderá de una manera diferente, como todos deberíamos en un aula. Necesitamos cambiar nuestras creencias y las del público para mejorar el aprendizaje de todos”.
“La resistencia al cambio es fuerte en nuestra región”, observó Anijovich. “A pesar de las propuestas innovadoras, persiste una mentalidad conservadora que dificulta cambios fundamentales como la eliminación de la repitencia. Se requiere un esfuerzo conjunto de pedagogos, periodistas y políticos para abordar estos temas de manera profunda y seria. Un país sin educación de calidad genera pobreza e ignorancia”, concluyó.
En cuanto a la evaluación, Anijovich afirmó que no se trata solo de calificar. “La evaluación también debe retroalimentar, diagnosticar y acompañar los procesos de aprendizaje. Es crucial trabajar en el acompañamiento de las trayectorias y detectar dificultades para articular estrategias de apoyo. Evaluar no se limita a exámenes escritos; hay muchas formas de evaluar el aprendizaje a lo largo del proceso”, explicó.
Anijovich señaló que cambiar la evaluación implica también cambiar la enseñanza. “No se puede evaluar de manera innovadora si las clases son expositivas o si los docentes tienen grandes grupos sin tiempo para planificar. La evaluación debe ser coherente con la metodología de enseñanza y las condiciones de trabajo. Un cambio en la cultura de la calificación a la cultura de la evaluación es esencial para una educación más significativa”, concluyó.
Finalmente, reflexionó sobre el futuro de la educación: “Necesitamos generar conciencia en las familias sobre cómo sus hijos están aprendiendo y preparándolos para un mundo complejo y cambiante”.
Con estas ideas, Rebeca Anijovich aporta una visión innovadora y crítica sobre la educación, subrayando la necesidad de transformaciones profundas y bien comunicadas para mejorar el sistema educativo argentino y latinoamericano.