Mauricio Macri ha conseguido que Chiqui Tapia sea destituido de su puesto en la Ceamse, la empresa encargada de la gestión de residuos en el área metropolitana. La salida de Tapia, quien ocupaba la vicepresidencia, representa un fuerte golpe político en el contexto actual.
La destitución se materializó este miércoles, luego de que Macri presionara a su primo Jorge para que se concretara la salida de Tapia. Esta acción es considerada una represalia por el papel de Tapia en la anulación de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), un tema que ha sido un objetivo estratégico para Macri desde su tiempo como presidente de Boca Juniors.
Tapia había mostrado su intención de permanecer en el cargo y aspirar a la presidencia de la Ceamse, pero finalmente fue despojado de su posición. Desde su entorno, se indicó que no estaban al tanto de su despido, lo que añade un matiz de sorpresa a la situación.
El nuevo vicepresidente de la Ceamse será Ezequiel Jarvis, quien se desempeñaba hasta ahora en la Secretaría de Trabajo y Empleo de la Ciudad. Jarvis ha iniciado una auditoría sobre las gestiones de Tapia, incluyendo la revisión de contratos y nombramientos relacionados con el gobierno porteño.
Chiqui Tapia fue designado como vicepresidente de la Ceamse en 2015, en un acuerdo que involucró a Horacio Rodríguez Larreta y Hugo Moyano. Su carrera en el ámbito político se vio impulsada con su ascenso a la presidencia de la AFA tras el triunfo en el Mundial de Qatar, lo que lo convirtió en una figura casi intocable.
Tapia, que comenzó su trayectoria en la recolección de residuos con la empresa Manliba de la familia Macri, ha mantenido una fuerte influencia en el Sindicato de Camioneros. Esta relación ha sido crucial para los gobiernos porteños, que buscan mantener una interacción armoniosa con el sindicato.
