La reciente expulsión de Ramiro Marra de La Libertad Avanza (LLA) ha sacudido el panorama político. La noticia, anunciada por el partido el miércoles por la noche, sorprendió a muchos, pero no tanto a quienes seguían de cerca las tensiones internas dentro del espacio. ¿Qué significa esto para el futuro de LLA y del gobierno de Javier Milei?
Ramiro Marra fue expulsado por votar a favor de un aumento de impuestos en la Ciudad de Buenos Aires, una postura que va en contra de los principios del partido. En un comunicado oficial, La Libertad Avanza afirmó que esta decisión es "irreversible", argumentando que Marra no siguió los lineamientos del espacio, en particular, su rechazo a un incremento impositivo en la capital.
Este episodio refleja una clara fractura entre Marra y otros referentes del partido, en especial con Karina Milei, figura clave en el círculo cercano a Javier Milei. La relación entre ambos ya había sido tensa, y este último desacuerdo solo profundiza la división. Sin duda, este conflicto deja una interrogante sobre la unidad interna de LLA, que ha sido fundamental para su fuerza política en los últimos años.
La expulsión de Marra se suma a otro hecho relevante: la renuncia de Eduardo Serenelini a su puesto en la Secretaría de Medios de Nación. Serenelini, conocido por su rol como conductor en La Nación+, ya había sido señalado por la mesa chica del gobierno por su distanciamiento del proyecto presidencial. En un desayuno con Javier Milei, Serenelini presentó su renuncia "por motivos personales", lo que generó nuevas especulaciones sobre la estabilidad dentro del círculo cercano del presidente.
Además, se suman las señales del gabinete presidencial. José Rolandi y Lisandro Catalán, dos funcionarios clave de la gestión, fueron apartados en la última reunión de gabinete del año. Su eliminación del chat de WhatsApp del gabinete parece ser una muestra de la reestructuración que se está viviendo dentro del gobierno.
La salida de figuras como Ramiro Marra y Eduardo Serenelini podría tener un impacto significativo en la estrategia y en la imagen pública de La Libertad Avanza. Si bien las expulsiones parecen ser medidas para consolidar el espacio, también podrían generar descontento entre los votantes que se sienten representados por estos personajes.
Por otro lado, las tensiones en el gabinete nacional y la reestructuración del equipo de Javier Milei son indicios de que el presidente está tomando decisiones difíciles para consolidar su liderazgo. La eliminación de los funcionarios de confianza de la mesa chica podría anticipar nuevos cambios de rumbo en la política interna y externa del gobierno.
A medida que las tensiones crecen, surge la pregunta sobre el futuro de La Libertad Avanza y la relación entre sus miembros. ¿Podrán resistir los conflictos internos y mantener la unidad necesaria para llevar adelante el proyecto presidencial de Javier Milei? Solo el tiempo dirá si estas disputas internas terminarán siendo un obstáculo o una oportunidad para fortalecer el espacio político.
