El 2025 ya está en marcha, pero en la provincia de Buenos Aires todavía hay más dudas que certezas. Mientras Axel Kicillof busca consolidar su liderazgo, en Unión por la Patria hay tensiones con los sectores que responden a Cristina Fernández. Y del otro lado, el PRO y los libertarios tampoco definen su estrategia. ¿Podría esta falta de acuerdos definir la elección?
La provincia de Buenos Aires es clave para cualquier elección nacional. No solo es el distrito con mayor cantidad de votantes, sino que también es el bastión del peronismo. Pero las tensiones internas ponen en riesgo la unidad de Unión por la Patria. Por un lado, el gobernador Axel Kicillof busca afirmarse como el líder indiscutido, mientras que los sectores alineados con Cristina Fernández tienen su propia agenda.
El desdoblamiento electoral es una posibilidad que se discute, pero el kirchnerismo duro no lo ve con buenos ojos. Esto podría convertirse en una herramienta de negociación clave en el armado de listas. Mientras tanto, la oposición también enfrenta sus propios problemas.
En 2021, los libertarios no tenían el peso político que hoy ostentan. La Primera Sección Electoral, que abarca el noroeste del Conurbano, elegirá ocho senadores para la Legislatura bonaerense. Esta región ha sido tradicionalmente peronista, pero en las últimas tres elecciones intermedias el justicialismo no logró imponerse.
En 2023, los resultados fueron ajustados:
Unión por la Patria: 32,2%
Juntos por el Cambio: 29,3%
La Libertad Avanza: 24,7%
Con este panorama, el oficialismo necesita asegurar la unidad si quiere evitar una nueva derrota.
El control territorial de Unión por la Patria en la Primera Sección es amplio: gobierna en 17 de los 24 municipios. Pero la unidad interna brilla por su ausencia. La Cámpora controla Hurlingham, Mercedes y Suipacha, mientras que el kicillofismo domina en Morón, Ituzaingó y General San Martín. El Movimiento Evita maneja Moreno y el Frente Renovador lidera San Fernando y General Las Heras.
Por otro lado, hay intendentes que prefieren jugar por afuera. Leo Nardini (Malvinas Argentinas) y Federico Achával (Pilar) no quieren quedar atados a la interna peronista. Otros, como Ariel Sujarchuk (Escobar) y Julio Zamora (Tigre), no dudan en criticar hacia adentro.
El problema central es el armado de listas. ¿Cómo incluir a todos sin dejar a nadie afuera? Si la interna se endurece, el riesgo de fractura aumenta. Y el peronismo no está en condiciones de perder votos.
Mientras el oficialismo intenta ordenar su interna, la oposición tampoco tiene un camino claro. En el Conurbano, el antikirchnerismo logró instalarse en distritos clave como Tres de Febrero, donde gobierna Diego Valenzuela (PRO), y San Miguel, donde Joaquín De la Torre supo moverse entre distintos espacios.
El PRO y La Libertad Avanza intentan consolidar una alianza, pero hay resistencias. Algunos sectores libertarios no quieren sumar dirigentes tradicionales. “Si sumamos por sumar, nos vamos a llenar de políticos que viven del Estado”, afirmó un operador libertario.
Además, el radicalismo también debe definir su estrategia. Por ahora, el escenario sigue abierto. Y en un contexto de incertidumbre, cualquier movimiento puede inclinar la balanza.
Con la falta de acuerdos en el oficialismo y la oposición en plena reconfiguración, la provincia de Buenos Aires se encamina a una elección impredecible. Lo que suceda en los próximos meses será clave para definir el futuro del peronismo y de la oposición. ¿Podrá Axel Kicillof consolidar su liderazgo o habrá sorpresas? La cuenta regresiva ya empezó.