En los próximos años, Argentina se prepara para un panorama económico favorable, con proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) que la posicionan como una de las cinco economías con mayor crecimiento mundial. Según el FMI, se espera que el Producto Bruto Interno (PBI) del país crezca un 5% en 2025 y 2026, lo que coloca a Argentina en el quinto lugar, superada solo por economías como India, Filipinas, Kazajistán e Indonesia.
Este avance parece una buena noticia para una economía que, en los últimos años, ha enfrentado varios desafíos. Sin embargo, es importante entender el contexto detrás de estas proyecciones y qué factores podrían influir en el desarrollo futuro del país.
El informe del FMI sobre Argentina destaca que, a pesar del repunte del 5% en el Producto Bruto Interno (PBI), el país aún no ha logrado recuperar los niveles alcanzados en 2021, año de la recuperación tras la pandemia. De hecho, Argentina sufrió contracciones económicas significativas entre 2023 y 2024, lo que la colocó como la economía con peor desempeño dentro del grupo de 30 naciones analizadas por el FMI. A pesar de estos tropiezos, las proyecciones para 2025 son más alentadoras, siempre y cuando el país logre ciertos cambios estructurales.
El economista Jorge Vasconcelos, del IERAL de la Fundación Mediterránea, subraya tres pilares fundamentales para asegurar un crecimiento sostenido:
Si bien Argentina muestra señales de crecimiento, aún enfrenta desafíos estructurales frente a otras economías de América Latina, como Brasil y México. Entre 1994 y 2024, el Producto Bruto Interno (PBI) de Brasil creció a un ritmo del 2,3% anual, mientras que México lo hizo al 1,9%. En cambio, Argentina experimentó un crecimiento promedio del 1,6% anual en este período. Esta brecha es aún más notoria en los últimos años, donde Brasil acumuló una ventaja de 18,3 puntos porcentuales sobre Argentina.
México, por su parte, ha logrado un crecimiento sostenido gracias a su mayor apertura económica, que alcanza el 70%, frente al 23% de Argentina. Esta diferencia ha permitido que México desarrolle un mercado interno más fuerte y se beneficie de una economía más formalizada.
A pesar de los desafíos, Argentina tiene margen para mejorar. La implementación de políticas adecuadas, como la formalización de la economía y la modernización de las leyes laborales, podrían dar un impulso significativo al crecimiento. Además, el ajuste fiscal de 2024, que redujo el gasto público a niveles más sostenibles y estabilizó la deuda pública, es visto como un paso clave para encauzar la economía en la dirección correcta.
El éxito del crecimiento económico de Argentina dependerá de la continuidad de estas políticas y de la creación de incentivos que favorezcan la productividad interna, junto con la mejora de la educación y la calidad institucional. Así, el futuro económico de Argentina podría ser más optimista, si se mantiene el enfoque en estos pilares fundamentales.