El PRO enfrenta un desafío político que puede marcar su rumbo en 2025: resolver sus tensiones internas mientras lidia con rumores de una posible alianza con La Libertad Avanza. Estas fricciones se intensificaron tras un comunicado oficial en el que se cuestiona al Gobierno por no incluir el Presupuesto 2025 en las sesiones extraordinarias. Pero, ¿qué hay detrás de este malestar?
El comunicado, publicado el lunes, provocó sorpresa y descontento en el interior del PRO. Según trascendió, varios gobernadores y diputados no fueron consultados antes de su difusión, algo que rompe con la dinámica habitual del partido, donde estos textos suelen contar con el aval de la mesa ejecutiva.
El diputado Gabriel Chumpitaz expresó su malestar en una entrevista radial: "No hay un diálogo fluido entre las autoridades y los actores del partido. Este tipo de decisiones, sin consenso, generan conflictos internos en un momento político y electoral muy complejo".
Mientras tanto, dirigentes cercanos a la conducción señalaron que la falta de consulta refleja el impacto de las negociaciones y rumores sobre posibles alianzas con sectores externos como La Libertad Avanza.
El debate sobre el Presupuesto 2025 es un ejemplo claro de las divisiones dentro del bloque. El comunicado criticó al Gobierno por excluir el presupuesto del temario extraordinario, calificándolo como un gesto de falta de diálogo democrático. Sin embargo, no todos los miembros del PRO están de acuerdo con esta postura.
La legisladora Sabrina Ajmechet, por ejemplo, fue contundente en redes sociales:
"No podemos aprobar un presupuesto con déficit, sería retroceder al modelo que nos empobreció. Pero esto no debe paralizar otros debates fundamentales."
Otros referentes señalaron que, sin un acuerdo en torno al presupuesto, el Congreso podría quedar estancado, dificultando la discusión de proyectos clave como la ley de ficha limpia o la ley antimafias.
Aunque el PRO destacó como un logro la incorporación de la ficha limpia en el temario extraordinario, el comunicado dejó en evidencia que las diferencias internas no solo persisten, sino que se profundizan. Esto ocurre en un contexto donde las especulaciones sobre un acuerdo con La Libertad Avanza aumentan la presión sobre la dirigencia.
Las próximas semanas serán cruciales para el partido. Resolver las internas y acordar una estrategia común no solo es necesario para afrontar el año electoral, sino también para proyectar una imagen de unidad que convenza al electorado.
¿Qué estrategia adoptará el PRO para superar este momento crítico? ¿Podrá articular un acuerdo con La Libertad Avanza sin perder cohesión interna? Lo que está en juego no es solo el futuro del partido, sino también su capacidad de influir en los grandes debates políticos del país.
