Claves del éxito económico de Uruguay y su propuesta para el futuro
Diego Labat, reconocido economista latinoamericano, fue presidente del Banco Central del Uruguay (BCU) desde marzo de 2020 hasta julio de 2024. Durante su gestión, logró una reducción drástica de la inflación, llevándola a niveles que no se habían visto en casi dos décadas, fijándola en un 5,3% anual en septiembre, dentro del objetivo del BCU de entre 3% y 6%.
Labat, elegido por el candidato presidencial del Partido Nacional, Álvaro Delgado, para liderar el equipo económico en caso de un futuro gobierno, destacó en una entrevista con Infobae su enfoque exitoso. "La mejor contribución que el Banco Central puede hacer al crecimiento económico es tener una inflación baja", afirmó.
Uruguay había enfrentado una historia de inflación elevada, superando el 8% anual en las últimas dos décadas. Labat implementó un régimen de metas de inflación que brindó señales de credibilidad al mercado. "Desde el primer momento, señalamos que queríamos reducir la inflación", explicó. A través de una comunicación clara, el BCU buscó anclar las expectativas de la población, enfatizando la importancia de la estabilidad económica.
Además, Labat utilizó la tasa de interés como herramienta clave. A pesar de los desafíos inflacionarios provocados por la pandemia en 2021, el país nunca superó el 10% de inflación. "Hicimos una política monetaria más dura, entendiendo que la actividad económica había comenzado a reactivarse", señaló.
Hoy, con un entorno de inflación controlada y expectativas estables, Labat mencionó que "tenemos una tasa real en torno al 2,5%", lo que ha contribuido a la toma de decisiones de consumidores y empresarios, estableciendo un contexto de crecimiento sostenible.
Con las elecciones presidenciales y el plebiscito del 27 de octubre en el horizonte, Labat subrayó la importancia de la competitividad como eje central de la política económica en los próximos años. Advirtió sobre la necesidad de abrir la economía y modernizar diversas áreas, desde el comercio exterior hasta las relaciones laborales.
Un aspecto polémico es el plebiscito que busca eliminar las administradoras de fondos de pensión (AFAP) en Uruguay. Labat se opone firmemente, argumentando que la medida "confisca el ahorro de 1,6 millones de uruguayos" y plantea riesgos importantes para la sostenibilidad del sistema de seguridad social del país.
La economía uruguaya se presenta como un ejemplo en la región, con el PIB per cápita más alto de América Latina (USD 20,800), el riesgo país más bajo (90 puntos básicos) y una tasa de pobreza de solo 6.4%. Labat resaltó que el país ha construido un acceso al financiamiento a través de políticas profesionales, lo que ha permitido obtener la mejor calificación de riesgo de su historia (BBB+) y financiamiento bancario en dólares a precios competitivos.
En conclusión, Diego Labat no solo ha dejado su huella en la economía uruguaya, sino que también ofrece un modelo a seguir en la lucha contra la inflación y el impulso de la competitividad en el contexto latinoamericano. Su enfoque en la estabilidad y el crecimiento sugiere que Uruguay está en un camino favorable, a pesar de los retos que se avecinan.