Hay una regla no escrita en la política local que casi nunca falla. Pero en Azul se rompió. Y esa decisión todavía genera ruido puertas adentro del poder municipal. ¿Cómo hizo la oposición para quedarse con la presidencia del Concejo Deliberante en un distrito gobernado por el peronismo? La respuesta está en una suma de votos, acuerdos previos y una abstención clave.
En la mayoría de los municipios bonaerenses, la presidencia del Concejo queda en manos del oficialismo, es decir, del espacio político del intendente. En Azul, donde gobierna el camporista Nelson Sombra, esa lógica se alteró. La oposición logró un acuerdo y desplazó al bloque oficialista de un lugar central para el funcionamiento político del distrito.

El nuevo presidente del Concejo Deliberante es Ignacio Furiasse, concejal de La Libertad Avanza (LLA). Su designación fue posible gracias a un entendimiento entre su bloque y los concejales de la Unión Cívica Radical (UCR) y Generación para un Encuentro Nacional (GEN). Esa alianza reunió nueve votos, suficientes para imponerse.
Del otro lado, el oficialismo agrupado en Fuerza Patria contaba con seis concejales. A esos podían sumarse los tres votos del bloque Somos Buenos Aires. Sin embargo, ese espacio optó por abstenerse. Esa decisión fue determinante: si votaban junto al oficialismo, se producía un empate y el peronismo retenía la presidencia gracias al doble voto del titular saliente.
Así, con una combinación de votos afirmativos y abstenciones, la oposición logró quedarse con la conducción del Concejo. Para el intendente Nelson Sombra, fue un nuevo revés político. Especialmente porque llega después de la derrota electoral que sufrió Fuerza Patria en septiembre dentro del distrito, en contraste con el buen desempeño general del espacio a nivel provincial.
Desde la oposición, el argumento fue claro. Ignacio Furiasse explicó que el resultado electoral justificaba una mayor representación de LLA dentro del Concejo. “No hicimos nada ilegal ni trampa”, sostuvo en declaraciones al diario El Tiempo. La estrategia, según dijo, venía siendo trabajada con anticipación.
Este movimiento no es un caso aislado. En otros distritos bonaerenses también se intentaron acuerdos similares para correr al oficialismo de la presidencia del Concejo Deliberante. El ejemplo más cercano es el Partido de la Costa, donde una maniobra parecida fracasó por un voto inesperado que terminó favoreciendo al peronismo.
En Azul, en cambio, la jugada salió como estaba planeada. El resultado redefine el equilibrio político dentro del Concejo Deliberante y anticipa un escenario de mayor tensión entre el Ejecutivo municipal y el cuerpo legislativo local.