Algo cambió afuera y todavía no todos lo notaron. Mientras puertas adentro el ajuste genera ruido, desde Europa empiezan a mirar a la Argentina con otros ojos. ¿Qué está viendo la Unión Europea en el país y por qué el gobierno de Milei volvió a entrar en el radar global? Esa es la pregunta que muchos se hacen y que empieza a tener respuesta.
El nuevo embajador de la Unión Europea en la Argentina, Erik Hoeg, fue claro en su primera entrevista en Buenos Aires: el rumbo económico del gobierno de Javier Milei genera expectativas positivas en Bruselas. No se trata de simpatía política, sino de señales concretas que impactan en la economía.
Según explicó el diplomático, en Europa se percibe que la Argentina atraviesa un proceso de ordenamiento macroeconómico. La baja de la inflación, el control del gasto y la disciplina fiscal cambiaron el clima. Para la Unión Europea, estos puntos son claves a la hora de evaluar estabilidad y previsibilidad, dos condiciones básicas para cualquier país que quiera atraer inversiones.
En ese marco, Hoeg destacó que la Argentina sigue siendo un socio estratégico. No solo por ser parte del G-20, sino también por su alineamiento con el bloque occidental en política exterior y defensa, y por su intención de acercarse a la OCDE. Desde Europa, ese combo suma puntos.
Uno de los datos más relevantes tiene que ver con la inversión. Hoy, la Unión Europea es el principal inversor extranjero en la Argentina. Más de 800 empresas europeas operan en el país y concentran cerca del 40% de la inversión extranjera directa. Aunque el riesgo país sigue siendo un límite, el embajador remarcó que la continuidad del programa económico puede mejorar ese escenario.
El interés no es solo financiero. Europa observa con atención sectores estratégicos como energía, minería, litio, infraestructura y materias primas críticas. Son áreas donde el gobierno de Milei busca reglas claras y un marco más competitivo. Para el sector privado europeo, eso puede marcar la diferencia entre mirar de lejos o apostar en serio.
Como señal política concreta, Hoeg celebró la reapertura de la embajada de Dinamarca en Buenos Aires, cerrada en 2022. Para la Unión Europea, este tipo de decisiones reflejan confianza en el nuevo contexto económico y en la proyección del país a mediano plazo.
Además, el embajador confirmó que ya se trabaja en la organización de un foro empresarial Argentina–Unión Europea para 2026. El objetivo es profundizar los vínculos comerciales y generar nuevas oportunidades de inversión.
Por último, Hoeg volvió a poner sobre la mesa el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. De concretarse, podría fortalecer el rol de la Argentina en el comercio global y consolidar el giro económico que hoy observa Europa.
Mientras el debate interno sigue abierto, desde afuera el mensaje es claro: la economía argentina volvió a estar en agenda. Y esta vez, con expectativas que hacía años no aparecían.
