Lilia Lemoine y su enérgica crítica a Villarruel: ¿Ruptura irreparable en La Libertad Avanza?
La libertaria Lilia Lemoine no ha dudado en manifestar su disgusto con la vicepresidenta Victoria Villarruel, a quien tachó de "la peor vicepresidenta de la historia" tras apenas 11 meses en el cargo. El enfrentamiento más reciente surgió a raíz de un homenaje que Villarruel rindió a Isabel Perón, algo que para muchos en La Libertad Avanza contradice sus principios antiperonistas. En redes, las palabras de Lemoine en apoyo a un usuario que criticaba la afinidad de Villarruel con la expresidenta resonaron como una advertencia al interior de su espacio político: "Va juntando porotos la vice... Ya es la peor vicepresidente de la historia" , dijo sin reparar la diputada, encendiendo la mecha de una polémica cada vez más difícil de ignorar.
Para Lemoine, el acercamiento de Villarruel hacia figuras históricas como Isabel Perón representa una amenaza para los valores del partido. Esta tensión revela una división profunda entre quienes ven en el movimiento libertario una ruptura con el pasado y quienes, como Villarruel, buscan matizar las posturas. En un tono aún más incisivo, Lemoine llegó a comparar a Villarruel con el exvicepresidente "Chacho" Álvarez, apuntando que, a diferencia de Villarruel, él al menos no pretendía "colgarse de las bolas" de otro dirigente. Esta comparación, en apariencia desafiante, tiene un trasfondo significativo: dentro de La Libertad Avanza, la coherencia ideológica se erige como un criterio esencial de confianza, y cualquier concesión hacia el peronismo es vista como un acto de "traición".
El conflicto entre Lemoine y Villarruel expone algo más que diferencias personales; pone en evidencia un debate fundamental sobre la identidad y las alianzas de La Libertad Avanza. En este contexto, Lemoine asume una postura que no solo polariza a su base, sino que también la sitúa en una posición delicada frente a la opinión pública. ¿Podrá este espacio mantener su cohesión mientras sus líderes cuestionan mutuamente su lealtad? Cada declaración de Lemoine resuena como un eco de las luchas de poder internas, donde incluso el apoyo de los kirchneristas a Villarruel se convierte en un elemento de juicio.
Las palabras de la diputada libertaria reflejan la intensa vigilancia que impera en el seno de un movimiento que no tolera desviaciones. Con cada crítica, Lemoine no solo cuestiona la gestión de Villarruel, sino que también envía un mensaje de advertencia a sus pares: en La Libertad Avanza, las disidencias tienen un alto costo. Esta fractura, que ya comienza a filtrarse hacia el público, podría ser un presagio de futuras divisiones dentro de un movimiento que, si bien promete renovación, parece atrapado en conflictos que amenazan con dividirlo en su misma esencia.