Hay una pregunta que vuelve a aparecer cada vez con más fuerza: ¿qué hay detrás del sistema electoral venezolano y por qué ahora vuelve a estar en el centro de la escena internacional? La respuesta empieza con una carta escrita desde una cárcel y termina con acusaciones que cruzan fronteras.
La reciente publicación de una carta del exgeneral venezolano Hugo Carvajal Barrios, conocido como 'Pollo' Carvajal, volvió a poner bajo la lupa el rol del chavismo en el desarrollo del sistema electoral de Venezuela. El texto fue enviado desde una prisión en Estados Unidos y está dirigido al expresidente Donald Trump.
En esa carta, Carvajal acusa directamente al régimen de Nicolás Maduro de haber construido una estructura tecnológica diseñada para manipular elecciones, tanto dentro como fuera del país. El exjefe de Inteligencia Militar sostiene que no se trata de irregularidades aisladas, sino de un sistema digital pensado desde el inicio para garantizar la permanencia del chavismo en el poder.
Según explica, el gobierno venezolano habría desarrollado lo que define como un “servicio digital chavista”: una plataforma electoral paralela, controlada por el poder político, capaz de intervenir los resultados de las votaciones. En ese entramado aparece una empresa clave: Smartmatic.
Smartmatic fue fundada en Caracas en el año 2000 y se hizo conocida por fabricar máquinas de votación y software electoral. Para Hugo Carvajal Barrios, la empresa nunca fue neutral. En su carta afirma que nació como una herramienta tecnológica alineada con el proyecto chavista y que terminó siendo una pieza estratégica del régimen.
El exgeneral asegura que Smartmatic fue utilizada para garantizar que el oficialismo ganara elecciones de manera sistemática. Incluso sostiene que el sistema “puede ser alterado” y que esa capacidad habría sido usada en distintos procesos electorales.
Uno de los puntos más sensibles del relato es su vínculo con el Consejo Nacional Electoral (CNE). 'Pollo' Carvajal afirma que él mismo colocó al jefe de informática del organismo electoral y que esa persona le reportaba de forma directa. Desde allí, asegura, se podían supervisar y controlar aspectos clave del sistema de votación.
La denuncia no se limita a Venezuela. En la carta, Carvajal sostiene que esta tecnología fue exportada y utilizada en otros países, incluyendo Estados Unidos, mediante vínculos con empresas de máquinas de votación y funcionarios electorales extranjeros. No aporta pruebas técnicas en el texto, pero sí refuerza una sospecha que circula desde hace años en distintos sectores políticos.
Estas acusaciones se suman a los cuestionamientos históricos sobre la falta de independencia del CNE. Organizaciones internacionales y la oposición venezolana denunciaron en reiteradas ocasiones prácticas como el uso de recursos estatales, falta de auditorías transparentes y opacidad en la transmisión de datos.
La carta de Hugo Carvajal Barrios agrega un elemento nuevo y explosivo: la existencia de una infraestructura digital creada, según su versión, para manipular elecciones desde adentro. Un señalamiento que vuelve a encender el debate sobre la credibilidad del sistema electoral venezolano y su impacto más allá de sus fronteras.
