Juntos por el Cambio mantiene una crisis de liderazgo que, pese a la unidad que muestran hacia afuera en la coalición y declaman sus principales líderes, brotó en la provincia de Buenos Aires tras la renuncia de Néstor Grindetti como interlocutor con el oficialismo, cargo que ninguno de los intendentes reclamó.
Es que la silla caliente "trae un costo muy alto y un beneficio muy bajo", según reconocen desde la mesa de intendentes PRO. En este contexto, no aparece ningún nombre en el horizonte con verdaderas intenciones de convertirse en la figura de la rosca. ¿Cuál es ese contexto? la acefalía nacional.
Si bien Horacio Rodríguez Larreta logró quedarse con el mando en la campaña para las elecciones legislativas, posicionar a Diego Santilli en la Provincia y conseguir un triunfo clave, aún no logró revalidar su liderazgo de cara a 2023, que disputa con Patricia Bullrich y un reaparecido Mauricio Macri en modo "bombita".
La renuncia de Grindetti dejó expuesta una duda que parecía despejada, pero que volvió a instalarse tras la reaparición de Mauricio Macri en la escena política del país, y en la interna de Juntos por el Cambio: ¿Quién es la o el verdadero líder del espacio?
Desde el PRO bonaerense reconocieron a este medio que hoy por hoy, no está claro. Y es justamente el principal problema a la hora de definir la figura encargada de condensar las distintas posturas para negociar con el oficialismo. Nadie quiere sufrir lo que le ocurrió al intendente de Lanús.
La indecisión propia hace eco en la vereda de enfrente, que se mostró ofuscada por los acuerdos caídos y desde la cúpula de Gobernación reclama: "Si el que los conduce es Mauricio Macri, por lo menos que lo blanqueen".
Pero ¿el ex presidente sigue siendo el conductor del PRO? Es una pregunta que aún no tiene respuesta y, justamente, el centro de la cuestión. Mauricio Macri sintió la crisis del gobierno de Alberto Fernández, las venas abiertas de su enfrentamiento con Cristina Kirchner y Máximo, el enojo de la sociedad y el cansancio por la crisis que se arrastra y también se profundiza, y reapareció luego de dos años de ostracismo.
El regreso descolocó a todos en Juntos por el Cambio, que no saben dónde ubicarlo. "Para todos acá el que debe tener la manija es Horacio Rodríguez Larreta", dijo el vocero de un intendente PRO, que reconoció que nadie tiene claro cuál será la decisión de la Mesa Nacional.
"Me sacaron el banquito". Con esa frase pugilística, Néstor Grindetti describió a su entorno político el por qué de su renuncia a su rol como interlocutor entre los intendentes bonaerenses del PRO, la mesa nacional de Juntos por el Cambio, la Legislatura bonaerense y el gobierno de Axel Kicillof.
La gota que rebalsó el vaso fue la marcha atrás que la mesa nacional realizó respecto a un acuerdo que Grindetti daba por hecho: la reforma a la ley de las jubilaciones del Banco Provincia, que se trataría en la Legislatura junto a un paquete de cargos y designaciones. En el seno de Juntos por el Cambio entienden que en realidad se precipitó en dar por cerrado un tema que todavía mantenía discusiones.
Más allá de ese acuerdo fallido, no fue el primer tema sobre el cual el intendente de Lanús avanzó, cerró y luego le ordenaron que de marcha atrás. Se trató de un "desgaste" que llevó finalmente a Néstor Grindetti a correrse del medio centrarse en su gestión y el armado de Hacemos Juntos, el espacio que lanzó en alianza con Julio Garro con vistas a las elecciones 2023.
El intendente de Lanús fue quien sufrió las consecuencias del regreso de Mauricio Macri. Si bien mantiene una buena relación con el ex presidente, y no lo señala como "culpable", fue el fundador del PRO el que ordenó dar de baja los acuerdos con el oficialismo cuando reapareció para tomar el timón del espacio.
Uno de los nombres que se baraja para reemplazar a Néstor Grindetti como interlocutor es el de el presidente del bloque PRO en el Senado bonaerense, Christian Gribaudo. En línea con Mauricio y Jorge Macri, su rol en la Legislatura lo valida, en una posición similar a la que tiene el radical Maximiliano Abad en Diputados.
Pudimos confirmar que, efectivamente, será la palabra autorizada para cerrar acuerdos con el bloque oficialista en la Legislatura. Sin embargo, y pese a que mantiene un diálogo fluido como lo hacía con Grindetti, no tendrá rosca entre los intendentes y se limitará al parlamento bonaerense.
El senador bonaerense ponderó la figura de Macri como líder del espacio, pero relativizó los conflictos. "Es natural que en los espacios de coalición como el nuestro haya momentos de debate. Incluso momentos de tensión, porque la política tiene que ver con el conflicto y la tensión", señaló.
Ante este escenario, se analiza un plan B: que no haya un solo interlocutor, sino que el diálogo "sea por partes". "Los intendentes por la suya, y en la Legislatura que negocien los interbloques", evaluó un vocero PRO ante este medio.
Hoy parece lo más factible, aunque no lo deseado: cada iniciativa encontraría más obstáculos para avanzar, y el espacio quedaría completamente partido: por un lado los intendentes, por el otro legisladores, y encima de todo la mesa nacional. Mientras haya acefalía, no parece haber una alternativa.