¿Te imaginás ir a votar en unas elecciones legislativas con la inflación más baja en casi 10 años? Parece difícil, pero esta vez, gracias al Gobierno de Javier Milei, eso puede ser realidad. Después de años de subas constantes en los precios, la economía muestra señales de desaceleración justo antes de las urnas.
Históricamente, las elecciones se vivieron con inflación alta y creciente, pero esta vez la historia podría ser otra. Según los datos y proyecciones oficiales, la inflación mensual que se esperaba para abril y mayo estaría bajando por debajo del 3%, algo que no se veía desde las elecciones de 2015 y 2017.
El dato de inflación de abril, que se conocerá en los próximos días, se anticipa cercano al 2,7%, según el economista Ramiro Castiñeira. Para mayo, los expertos del Banco Central estiman incluso un 2,6% o menos, una cifra alentadora para el bolsillo de todos.
Este cambio es clave porque la inflación influye mucho en cómo la gente piensa antes de votar. Cuando la inflación es alta, el malestar crece y puede cambiar el ánimo en las urnas. Ahora, con una inflación más baja y estable, el contexto político y social podría ser muy distinto.
Además, esta tendencia no solo se ve en los números generales. Los alimentos, por ejemplo, que suelen pegar fuerte en el presupuesto familiar, están aumentando mucho menos que en meses anteriores. Así lo confirmaron varios analistas económicos, que esperan que esta desaceleración continúe.
Por primera vez en casi una década, las elecciones legislativas llegan con una inflación mensual que podría empezar con “1” en los datos oficiales. Esto quiere decir que los argentinos irán a las urnas con una sensación de mayor estabilidad económica, algo que no se veía desde hace tiempo.
En resumen, el Gobierno de Javier Milei enfrenta sus primeras elecciones legislativas con un dato económico que podría cambiar la dinámica tradicional de las urnas: una inflación más baja y controlada. ¿Cómo influirá esto en el resultado electoral? Eso lo sabremos cuando los votos estén escrutados.
Lo que sí queda claro es que esta baja inflación llega en un momento clave, y por primera vez en casi 10 años, podría transformar la realidad que los argentinos encuentran cuando van a votar.