Donald Trump, quien perdió la reelección en 2020 ante Joe Biden, logró este 5 de noviembre un retorno triunfal a la Casa Blanca. En una contienda reñida, el republicano obtuvo victorias decisivas en estados bisagra como Georgia, Pensilvania y Carolina del Norte, consolidando así su ventaja en el Colegio Electoral.
Con más de 68 millones de votos, Trump superó ampliamente a su contrincante demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris. El resultado fue un reflejo del respaldo en zonas rurales y suburbanas, donde su mensaje de seguridad y economía resonó entre los votantes, quienes le otorgaron el 51% de los sufragios.
Para asegurar la victoria, Trump dominó en estados clave que fueron decisivos. Carolina del Norte, Georgia y Pensilvania se inclinaron a su favor, y el republicano sorprendió además en Wisconsin, Michigan, Nevada y Arizona. Su enfoque en la economía e inflación captó la atención de quienes enfrentan dificultades en el día a día.
El retorno de Trump también fue impulsado por un discurso directo y crudo, donde temas como inmigración y seguridad fronteriza fueron centrales. A pesar de críticas a su retórica, su base valoró su frontalidad y el compromiso con medidas más duras para reforzar las fronteras del país.
Un factor clave fue el respaldo casi unánime del Partido Republicano. Aun cuando hubo algunas disidencias menores, el apoyo partidario resultó decisivo en los estados que suelen inclinarse por los republicanos, consolidando el respaldo territorial con el triunfo en nuevas gobernaciones.
Con un Senado de mayoría republicana, Trump encuentra un panorama favorable para implementar su agenda sin grandes bloqueos. Además, el partido fortaleció su control al obtener 27 gobernaciones, lo cual refuerza su dominio en la política estadounidense y augura una presidencia sin mayores obstáculos.