El show de Milo J en la ex ESMA fue cancelado por orden judicial, y las redes estallaron con acusaciones cruzadas. Mientras el Gobierno de Javier Milei defiende la decisión, sectores kirchneristas denuncian censura. Pero, ¿qué hay detrás de esta suspensión? Acá te contamos todo.
El evento, que se iba a realizar en el Espacio Memoria y Derechos Humanos, fue suspendido por una medida cautelar dictada por la jueza María Alejandra Biotti. El motivo: el recital no contaba con la autorización correspondiente ni con las medidas de seguridad necesarias. La solicitud fue presentada por el Secretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, quien argumentó que el uso del predio debe respetar la Ley N° 26.415, que regula su función como sitio de memoria.
Ante las críticas, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, explicó que la decisión no fue un acto de censura, sino el cumplimiento de las normativas vigentes.
La suspensión generó indignación en sectores kirchneristas, que la calificaron como un acto de persecución política. El propio Milo J se pronunció en redes, asegurando que el Gobierno temía la reunión de miles de personas en un lugar de fuerte simbolismo político. También denunció que se presentaron "documentos falsificados" sobre seguridad y evacuación.
Pero la polémica no terminó ahí. En las últimas horas, se reveló un dato clave: la madre del cantante, Aldana Ríos, ocupa el cargo de Directora de Derechos Humanos en el Municipio de Ituzaingó. Desde ese puesto, ha impulsado eventos kirchneristas y, según denuncias en redes, habría facilitado espacios financiados con fondos públicos para la carrera de su hijo.
El uso de la ex ESMA para un recital ya había generado debates. Mientras algunos defendían el evento como un acto cultural, otros cuestionaban si un sitio de memoria debería ser utilizado para espectáculos masivos. La ley que regula el espacio establece que su función principal es la preservación de la memoria, sin usos ajenos a ese fin.
Con la suspensión confirmada, queda la duda sobre si el recital de Milo J podría reprogramarse en otro lugar. Mientras tanto, la discusión sigue encendida en redes y en el ámbito político. ¿Fue una medida justa o un acto de censura? Dejanos tu opinión en los comentarios.
